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A fondo

Introducción

Calisto es la segunda luna más grande de Júpiter y la tercera de nuestro sistema solar. Tiene aproximadamente el mismo tamaño que Mercurio. En el pasado, algunos científicos pensaban que Calisto era una aburrida «luna patito feo» y un «trozo de roca y hielo». Esto se debe a que el mundo cubierto de cráteres no parecía tener mucho que hacer, ni volcanes activos ni placas tectónicas en movimiento. Pero los datos de la nave espacial Galileo de la NASA en la década de 1990 revelaron que Calisto podría tener un secreto: un océano salado bajo su superficie. Ese hallazgo puso a la que parecía una luna muerta en la lista de mundos que podrían albergar vida.

Calisto fue descubierta el 7 de enero de 1610 por el científico italiano Galileo Galilei junto con las otras tres lunas más grandes de Júpiter: Ganímedes, Europa e Io. Calisto lleva el nombre de una mujer convertida en oso por Zeus en la mitología griega. Zeus es idéntico al dios romano Júpiter.

Tamaño y distancia

Tamaño y distancia

Calisto es la segunda luna más grande de Júpiter después de Ganímedes y es la tercera luna más grande de nuestro sistema solar. Es casi tan grande como Mercurio. La circunferencia de Calisto en su ecuador es de unas 9.410 millas (15.144 kilómetros). Calisto orbita a unos 1.170.000 millas (1.883.000 kilómetros) de Júpiter y Júpiter orbita a unos 484 millones de millas (778 millones de kilómetros) de nuestro Sol.

Órbita y rotación

Órbita y rotación

Calisto orbita a unos 1.170.000 millas (1.883.000 kilómetros) de Júpiter y tarda unos 17 (16,689) días terrestres en completar una órbita de Júpiter. Calisto está bloqueado tidalmente con Júpiter, lo que significa que el mismo lado de Calisto está siempre de cara a Júpiter.

Calisto está aproximadamente 1,8 veces más lejos de Júpiter que Ganímedes, 2,8 veces más lejos que Europa y 4,5 veces más lejos que Io, la luna grande más cercana de Júpiter. Júpiter y sus lunas orbitan a unos 778 millones de kilómetros de nuestro Sol. El sistema joviano -Júpiter y todas sus lunas- tarda unos 12 años terrestres en completar una órbita alrededor del Sol.

Estructura

Estructura

Callisto tiene una superficie helada cubierta de cráteres de diversas formas y tamaños, incluyendo cráteres en forma de cuenco y cráteres con múltiples anillos. Los datos recogidos por la nave espacial Galileo indican que Calisto puede tener un océano subterráneo y los científicos estiman que puede estar a 250 kilómetros por debajo de la superficie. Investigaciones más recientes revelan que este océano puede estar situado a mayor profundidad bajo la superficie de lo que se pensaba, o puede no existir en absoluto. Si hay un océano, puede estar interactuando con las rocas, dando a Calisto la posibilidad de albergar vida. El interior de Calisto puede tener capas de hielo mezcladas con roca y metal, que posiblemente se extiendan hasta su centro.

Formación

Formación

Los científicos creen que Calisto y los demás satélites de Júpiter se formaron en el disco de materiales sobrantes de la formación de Júpiter.

Superficie

Superficie

La superficie rocosa y helada de Calisto es la más antigua y con más cráteres de nuestro sistema solar. La superficie tiene unos 4.000 millones de años y ha sido golpeada, probablemente por cometas y asteroides. Dado que los cráteres de impacto siguen siendo visibles, los científicos creen que la luna tiene poca actividad geológica: no hay volcanes activos ni desplazamientos tectónicos que erosionen los cráteres. Calisto parece salpicado de puntos blancos brillantes que los científicos creen que son los picos de los cráteres cubiertos de hielo de agua.

Atmósfera

Atmósfera

Los científicos anunciaron en 1999 que la nave espacial Galileo detectó una exosfera muy fina de dióxido de carbono -una atmósfera extremadamente delgada- en Calisto durante sus observaciones en 1997. Investigaciones más recientes indican que Calisto también tiene oxígeno e hidrógeno en su exosfera.

Potencial para la vida

Potencial para la vida

Calisto está en la lista de posibles lugares donde podría existir vida en nuestro sistema solar más allá de la Tierra. Los datos recogidos por la nave espacial Galileo y los modelos creados por los científicos indican que Calisto puede tener un océano salado que está interactuando con una capa de rocas a unos 250 kilómetros bajo la superficie, condiciones clave para crear vida. En la exosfera se ha detectado oxígeno, otro posible signo de vida.

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