Amasamiento (gatos)
El gato ejerce una firme presión hacia abajo con la pata, abriendo los dedos para exponer sus garras, y luego cierra las garras mientras levanta la pata. El proceso se realiza con patas alternas a intervalos de uno o dos segundos. Pueden hacer esto mientras están sentados en el regazo de su dueño, lo que puede resultar doloroso si el gato es grande o fuerte o tiene garras afiladas (ya que las garras tienden a clavarse en el regazo). Aunque los gatos se sentarán felizmente en una superficie dura, sólo amasarán una superficie suave o flexible, aunque algunos gatos «marcharán» reflexivamente en superficies duras en lugar de amasarlas.
Un gato puede parecer irritado o sorprendido si se le molesta mientras amasa.
En un jardín en el que se encuentren gatos, las zonas protegidas pueden revelar a menudo los resultados «salvajes» del amasado: nidos redondos, del tamaño de un gato, pisados en la hierba larga. Los gatos domésticos también hacen «nidos» con cajas de cartón y otras cosas similares. También lo hacen amasando con las garras extendidas, de manera que arañan y ablandan parte del material. Esta acción es diferente en cuanto a la forma, el lenguaje corporal y la intención de amasar cuando están contentos.
Los gatos amasan objetos blandos como osos de peluche. Los gatos pueden adoptar una manta y utilizarla como una manta de seguridad. Esto incluye amasar, ronronear y chupar mucho la manta. En algunos casos, se ha observado que los gatos exhiben movimientos sexuales, no muy diferentes a los de un perro que «joroba» una pierna humana, acompañando el amasado y la succión. Los gatitos que son apartados de sus madres antes de ser destetados por completo también pueden desarrollar el hábito de amasar a un humano al que han adoptado como figura materna, y también pueden intentar chupar su oreja, ojo, nariz, dedo del pie, pelo, camisa, calcetines o dedos. Los gatos lo hacen principalmente cuando son gatitos, pero a veces el comportamiento continúa en la vida adulta.