Bacterias e infecciones

A lo largo de la historia, las infecciones bacterianas han desempeñado un papel fundamental en la vida y la muerte de los seres humanos.

Las bacterias causan muchas infecciones comunes como la neumonía, las infecciones de heridas, las infecciones del torrente sanguíneo (sepsis) y las enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea, y también han sido responsables de varias epidemias importantes. Un ejemplo de la década de 1340 es la peste, también conocida como la «muerte negra», que se extendió por Asia y Europa a lo largo de las rutas comerciales, matando a millones de personas. Ahora se sabe que la enfermedad está causada por la bacteria Yersinia pestis y que se puede tratar con antibióticos.

¿Cuándo causan enfermedades las bacterias?

Las bacterias pueden ser estrictamente patógenas, lo que significa que causarán enfermedades si consiguen superar el sistema inmunitario humano. Otras bacterias sólo causan enfermedades si se dan las circunstancias adecuadas, son los llamados patógenos oportunistas. Los patógenos oportunistas normalmente no causan infecciones en los seres humanos sanos, pero cuando el sistema inmunitario está comprometido o suprimido, por ejemplo, por la quimioterapia contra el cáncer, otras enfermedades (como el VIH/SIDA) o la desnutrición, el riesgo de infección aumenta. Estas infecciones suelen tener su origen en la propia flora bacteriana del individuo, como la de la piel o la del intestino. Muchos patógenos bacterianos pueden propagarse e infectar a través del agua y los alimentos, como la Salmonella, el Campylobacter y la E. coli. A veces las bacterias se transmiten directa o indirectamente de los animales a los humanos y causan enfermedades. Estas infecciones se denominan infecciones zoonóticas. Otras bacterias, como la Neisseria gonorrhea y la Chlamydia trachomatis, se propagan a través de los contactos sexuales.

Manejo de las infecciones bacterianas

La introducción de antibióticos para tratar las infecciones bacterianas en combinación con la mejora de la higiene y el saneamiento, el uso de vacunas preventivas, así como un mayor conocimiento sobre las bacterias, han reducido en gran medida las muertes por enfermedades bacterianas. Sin embargo, la resistencia a los antibióticos entre las bacterias amenaza ahora con dejarnos de nuevo sin tratamientos eficaces para muchas infecciones bacterianas comunes. Las bacterias resistentes están ahora muy extendidas en la mayor parte del mundo y cada vez más personas mueren por infecciones bacterianas porque los antibióticos han dejado de funcionar. Para obtener información sobre la resistencia a los antibióticos, consulte Resistencia a los antibióticos y las subsecciones siguientes.

Identificación de la enfermedad

Los diagnósticos se utilizan para determinar qué enfermedad padece un paciente y, en el caso de las enfermedades infecciosas, cuál es su causa. Esta información se utiliza luego para determinar cuál es la terapia adecuada: por ejemplo, un antibiótico específico, otros medicamentos o reposo en cama. En ausencia de un diagnóstico adecuado muchos pacientes pueden no recibir el tratamiento antibiótico correcto cuando lo necesitan, pero otro problema común es que a pacientes que no necesitan antibióticos se les da uno por si acaso se trata de una infección bacteriana.

Recursos seleccionados

.