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El 20 de mayo de 2018, durante el tercer partido de las Finales de la Conferencia Oeste de la NBA, Andre Iguodala recibió un golpe en la parte externa de su rodilla izquierda. Dejó el partido poco después. La lesión fue diagnosticada como una contusión (un moretón).

Las lesiones directas en la piel, el músculo y el hueso pueden causar un incómodo daño en el tejido, sangrado e hinchazón que dificulta el movimiento y el salto. Pero estructuralmente, las cosas están bien.

Un hematoma es fácil de diagnosticar en un examen. Una fractura es poco probable en personas que pueden caminar. Parece que todos los atletas se hacen una resonancia magnética por cada lesión, pero eso es inusual y difícil de justificar, al menos en la práctica diaria.

El cuerpo cura los hematomas con el tiempo. Los tratamientos como el hielo o los analgésicos son sólo para la comodidad. Los informes de los medios de comunicación a menudo hablan de que los atletas reciben un «tratamiento» que suena misterioso y mágico. Esto crea una idea errónea. No se conoce ninguna forma de acelerar el proceso de curación del cuerpo. De hecho, algunos médicos sugieren que los atletas eviten los medicamentos antiinflamatorios porque la inflamación es una parte importante del proceso de curación que no debe ser ralentizada o interferida.

Es seguro jugar con una contusión.

Este blog fue creado por Paul Bonilla y David Ring.

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