Bulimia nerviosa
Los ciclos de atracones y purgas asociados a la bulimia pueden dominar la vida diaria y provocar dificultades en las relaciones y situaciones sociales. La bulimia también puede causar graves complicaciones físicas: los vómitos frecuentes pueden provocar problemas en los dientes, y las personas pueden llegar a hacer cosas que podrían causarles daño. El abuso de laxantes puede afectar gravemente al corazón y al sistema digestivo. Las personas con bulimia también pueden experimentar síntomas como cansancio, sensación de hinchazón, estreñimiento, dolor abdominal, periodos irregulares o hinchazón de manos y pies.
Sin embargo, como los enfermos suelen tener un peso «normal» y a menudo ocultan su enfermedad a los demás, puede ser muy difícil de detectar desde fuera. Además, las personas con bulimia suelen ser reacias a buscar ayuda. Al igual que ocurre con otros trastornos alimentarios, las personas que rodean a una persona con bulimia probablemente notarán cambios en su estado de ánimo y en sus sentimientos antes de ver cualquier cambio físico. También pueden estar preocupados por la comida y ser reservados con ella, y sentirse cohibidos al comer cerca de los demás. La baja autoestima, la irritabilidad y los cambios de humor, así como los sentimientos de culpa, vergüenza y ansiedad, especialmente después de un atracón, también son comunes.
Si los síntomas de alguien no coinciden exactamente con todos los criterios utilizados para diagnosticar la bulimia -por ejemplo, si los ciclos de atracones y purgas no se producen con la frecuencia esperada- se le podría diagnosticar un OSFED (otro trastorno alimentario específico). El OSFED es tan grave como cualquier otro trastorno alimentario y es igual de importante que las personas que lo padecen reciban tratamiento lo antes posible.