Cómo funciona la hipnosis
La gente ha estado reflexionando y discutiendo sobre la hipnosis durante más de 200 años, pero la ciencia aún no ha explicado completamente cómo sucede realmente. Vemos lo que una persona hace bajo hipnosis, pero no está claro por qué lo hace. Este rompecabezas es en realidad una pequeña pieza de un rompecabezas mucho más grande: cómo funciona la mente humana. Es poco probable que los científicos lleguen a una explicación definitiva de la mente en un futuro previsible, por lo que es una buena apuesta que la hipnosis seguirá siendo una especie de misterio también.
Pero los psiquiatras sí entienden las características generales de la hipnosis, y tienen algún modelo de cómo funciona. Se trata de un estado de trance caracterizado por una extrema sugestionabilidad, relajación y una mayor imaginación. No es realmente como el sueño, porque el sujeto está alerta todo el tiempo. Se suele comparar con la ensoñación o la sensación de «perderse» en un libro o una película. Estás totalmente consciente, pero desconectas la mayoría de los estímulos que te rodean. Te concentras intensamente en el tema que tienes entre manos, excluyendo prácticamente cualquier otro pensamiento.
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En el trance cotidiano de una ensoñación o película, un mundo imaginario le parece en cierto modo real, en el sentido de que involucra plenamente sus emociones. Los sucesos imaginarios pueden provocar miedo, tristeza o felicidad reales, e incluso puedes sobresaltarte en tu asiento si te sorprende algo (un monstruo que salta de las sombras, por ejemplo). Algunos investigadores clasifican todos estos trances como formas de autohipnosis. Milton Erickson, el principal experto en hipnotismo del siglo XX, sostenía que la gente se hipnotiza a sí misma a diario. Pero la mayoría de los psiquiatras se centran en el estado de trance provocado por ejercicios de relajación y concentración intencionados. Esta hipnosis profunda suele compararse con el estado mental relajado entre la vigilia y el sueño.
En la hipnosis convencional, uno se acerca a las sugerencias del hipnotizador, o a sus propias ideas, como si fueran la realidad. Si el hipnotizador sugiere que su lengua se ha hinchado hasta el doble de su tamaño, sentirá una sensación en la boca y puede tener problemas para hablar. Si el hipnotizador le sugiere que está bebiendo un batido de chocolate, probará el batido y sentirá que le refresca la boca y la garganta. Si el hipnotizador le sugiere que tiene miedo, puede sentir pánico o empezar a sudar. Pero todo el tiempo, eres consciente de que todo es imaginario. Esencialmente, estás «jugando a fingir» a un nivel intenso, como hacen los niños.
En este estado mental especial, las personas se sienten desinhibidas y relajadas. Presumiblemente, esto se debe a que desconectan las preocupaciones y dudas que normalmente mantienen sus acciones bajo control. Es posible que experimentes la misma sensación al ver una película: A medida que te sumerges en la trama, las preocupaciones sobre tu trabajo, familia, etc. se desvanecen, hasta que lo único en lo que piensas es en lo que aparece en la pantalla.
En este estado, también eres altamente sugestionable. Es decir, cuando el hipnotizador te dice que hagas algo, probablemente abrazarás la idea por completo. Esto es lo que hace que los espectáculos de hipnotismo en el escenario sean tan entretenidos. Adultos normalmente reservados y sensatos se pasean de repente por el escenario cacareando como gallinas o cantando a pleno pulmón. El miedo a la vergüenza parece volar por la ventana. Sin embargo, el sentido de la seguridad y la moralidad del sujeto permanecen arraigados durante toda la experiencia. Un hipnotizador no puede conseguir que hagas nada que no quieras hacer.
¿Pero qué es lo que hace que esto ocurra? En la siguiente sección, veremos la teoría más aceptada sobre lo que ocurre cuando te hipnotizas.