Cómo manejar el olor corporal de tu hijo

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¿Un niño de ocho años con los sobacos malolientes? ¿No es un poco joven?

No necesariamente. Para la gran mayoría de los niños, el sudor apestoso es una señal temprana de que la pubertad ha comenzado, dice Beth Cummings, endocrinóloga pediátrica del Centro de Salud IWK en Halifax. El inicio de la pubertad se produce antes en muchas niñas: según Cummings, está dentro de lo normal que las niñas empiecen a experimentar algunos cambios a los ocho años. En el caso de los chicos, es alrededor de los nueve. Y, explica, «si vemos cambios puberales en una niña de siete años, la mayoría de las veces se trata de una variación normal en el desarrollo». Los varones, en cambio, deben ser evaluados por un médico si los cambios se producen antes de los nueve años.

Adrenarquia

Ese olor fétido que tienen los niños púberes se asocia a la adrenarquia, el término médico que designa los cambios corporales que comienzan cuando las glándulas suprarrenales se vuelven más activas. Esta es también la razón de la piel y el pelo grasos, el acné y el vello púbico que aparecen con la pubertad. La sudoración aumenta en los chicos y chicas púberes, especialmente en las zonas de las axilas y las ingles, porque las glándulas apocrinas maduran bajo el estímulo de las hormonas. «El aumento de la actividad hormonal es lo que hace que el sudor desarrolle un olor», dice Cummings. Si una niña de esta edad tiene un sudor apestoso, pero no hay otros síntomas preocupantes (como otros signos de pubertad, un estirón o dolores de cabeza), probablemente no haya razón para preocuparse, dice Cummings. Pero sugiere a los padres que se lo mencionen al médico durante una revisión periódica.

Ayuda a tus hijos a mantener una buena higiene

No hay forma de prevenir el olor corporal relacionado con la adrenarquia temprana, excepto una buena higiene. «Los niños de esta edad pueden ser bastante vulnerables a las burlas, por lo que hay que ayudarles a intentar evitarlo», dice Cummings. Bañarse con regularidad es la clave de la prevención, incluyendo una limpieza a fondo de las axilas. Es posible que los niños de esta edad ya no quieran que sus padres los bañen, pero probablemente necesiten que se les anime a hacerlo ellos mismos. Sugerencia: Un estropajo de nylon para el cuerpo junto con un jabón líquido para el cuerpo son mucho más fáciles de manejar que un paño para la cara y una pastilla de jabón.

Introdúzcales en el uso de desodorantes y antitranspirantes

Para algunos niños, el baño no será suficiente para evitar el olor corporal a lo largo del día, especialmente cuando están activos. Cummings recomienda un desodorante o un antitranspirante. Los desodorantes funcionan cubriendo el olor del sudor, mientras que los antitranspirantes realmente detienen o reducen la cantidad de sudor producida.

Aunque Cummings dice que no hay una preocupación por el uso de desodorantes o antitranspirantes por parte de los niños, hay varios productos naturales y sin perfume en el mercado, incluyendo cristales desodorantes y productos a base de bicarbonato de sodio. Las tiendas de productos naturales son un buen lugar para buscarlos. El sitio web del Grupo de Trabajo Ambiental clasifica cientos de marcas según su contenido químico. Visita ewg.org/skindeep y haz clic en «Skin Care» (Cuidado de la piel).

Para los niños sudorosos, la ropa interior y las camisetas limpias cada día son imprescindibles. El algodón u otras fibras naturales absorben el sudor más fácilmente.

La anatomía del sudor

Nuestro cuerpo contiene dos tipos de glándulas sudoríparas.

Las glándulas ecrinas están repartidas por todo el cuerpo y ayudan a refrescarnos cuando tenemos demasiado calor a causa del clima, la fiebre, el esfuerzo o la comida picante. El sudor, que en su mayor parte es una combinación de agua y sal, enfría el cuerpo al evaporarse.

Las glándulas apocrinas están situadas bajo los brazos y en la ingle, y producen aceites así como sudor después de que comience la pubertad. También provocan sudoración cuando tenemos calor, así como cuando estamos estresados.

Ahora que los niños huelen mejor, próxima parada: sus armarios.

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