Cómo masajear el pie – Parte 2: Técnicas
No tener a alguien que te masajee el pie no es razón para renunciar a un masaje. Aquí tienes unas sencillas técnicas para reanimar tus pies, para librarte del dolor de los zapatos de punta y para relajarte después de un día duro.
Técnicas para masajear tu pie
Las técnicas para masajear tu pie no son difíciles. Buscas los puntos dolorosos y sensibles, y los masajeas con cariño. Si se siente bien, hazlo más. Si se siente mal, pregúntate «¿Esto es ‘bueno’ malo o es ‘malo’ malo?». Las respuestas te darán las pistas obvias.
Los puntos dolorosos que duelen pueden utilizar un masaje más suave. Si presiona sobre un punto dolorido, vaya muy despacio, aflojando la presión.
Los masajes incómodos, los que tiran de la piel o dejan moratones, necesitan otros ajustes. Prueba un aceite de masaje diferente. Utiliza tus dedos y no una herramienta de masaje. Es bastante sencillo.
Comienza a masajear tu pie
Comienza masajeando los puntos de presión de la planta del pie.
Aplica la presión tan profundamente como te guste. Siéntase libre de experimentar. Preste especial atención a cualquier lugar que se sienta sensible o dolorido. Dedíquese a cualquier lugar que se sienta bien.
Esto no es ciencia de cohetes, así que no se preocupe por la ubicación exacta de los puntos. Sabrás cuando des con un punto que te diga «¡Si!».
Recuerda tus arcos y frota el arco desde el talón hasta la bola del pie.
¡Protege tu pulgar!
No utilices el pulgar con tanta fuerza que te duela y entonces también necesitará un masaje. Si presiona con fuerza y somete al pulgar, los dedos o las muñecas a una tensión excesiva, pruebe a hacer rodar una pelota de tenis bajo el pie. Puede salvar tus manos para otras actividades.
Doblar los dedos de los pies hacia adelante y hacia atrás hasta su rango completo de movimiento.
Tira de tus dedos.
Tira de ellos. Muévelos. Haz que se muevan.
Masajea los lados de cada dedo y el espacio entre los dedos. Masajea la parte superior y la inferior de cada dedo.
Masajear la parte superior del pie. Aquí es donde un poco de aceite de masaje o maicena puede ser muy agradable porque la piel es más delicada. Preste atención a los surcos entre los huesos del pie. Empezando por donde el pie se une a la pierna, haz suaves movimientos circulares con los dedos en cada surco, subiendo por el pie hasta los dedos.
Ahora vuelve a todo lo que te pareció fabuloso, ¡y hazlo de nuevo!
Un masaje de pies es una gran manera de parar el ritmo de tu día. Ya que estás en ello, piensa en otros pequeños lujos que te calmen. Ahora es un buen momento para sacar el esmalte de uñas y embellecer esas uñas.
Para más información, visita la Parte 1: Suministros para masajear el pie