Camisas de aligátor
Sinopsis de la moda
Para los entendidos, en realidad es un cocodrilo. Pero a principios de los años 80, sólo unos pocos elegidos estaban al tanto, y aún menos se preocupaban. En un caso de confusión de identidades, el cocodrilo de Lacoste pasó a llamarse caimán cuando los estudiantes de clase media alta confundieron al reptil francés con su primo americano. Cegados por los reflejos pastel favorecidos durante la época, y en busca de un estilo propio y exclusivo, los adolescentes se subieron el cuello e ignoraron la tradición que había detrás del cocodrilo, adoptando el ‘alligator’ como la mascota de la moda de principios de los 80.
Las camisas Izod fueron creadas en 1934 por la estrella del tenis francés René Lacoste, apodado «le crocodile» por su característica nariz. Lacoste promocionó su nombre a través de un parche de cocodrilo bordado en verde en su ropa blanca de tenis, que rápidamente se convirtió en un símbolo de la nueva clase de ocio. La identidad del cocodrilo permaneció incontestada hasta que, casi cincuenta años después, el caimán le usurparía el título por una falta de nombre.
Aunque se trataba de la misma camisa que llevaban sus padres, la camisa ‘alligator’ se convirtió en un símbolo de estatus primordial de la juventud de los 80. Teñido en colores pastel y desabrochado a propósito para mostrar el diseño ‘más largo por detrás que por delante’, el polo de punto de piqué con el ‘caimán’ fue el único polo de la moda adolescente popular. A medida que el deseo por las camisas Izod se disparaba, los prepsters se superaban unos a otros por la gran cantidad que tenían en sus armarios.
El máximo logro era poseer un Izod de cada color, desde el rosa pálido hasta el rojo intenso, para no tener que repetir nunca la misma camisa. Cuando el uso de dos camisas -una sobre otra- se convirtió en lo último en elegancia preppie, las combinaciones de colores eran impactantes e infinitas. Una camisa amarilla limón llevada sobre otra azul turquesa resaltaba el destello bicolor cuando las mangas se remangaban sobre los bíceps y los cuellos se subían, uno más alto que el otro. El look desafiaba tanto la gravedad como el estilo.
La camisa de cocodrilo tuvo muchos imitadores: El cisne de Gloria Vanderbilt, el zorro de J.C. Penny, el tigre de Le Tigre y los caballos de Hunter’s Run intentaron acabar con el reinado del caimán, pero todos sin éxito. Sea cocodrilo o caimán, el reptil con dientes siguió siendo el campeón en un zoo de animales rivales.
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