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Contexto

La EPOC es una enfermedad pulmonar progresiva causada por el daño de las sustancias químicas nocivas respiradas y se observa predominantemente en personas que fuman tabaco. Estas sustancias químicas causan inflamación y daño pulmonar y aumentan la producción de mucosidad en los pulmones. Esto da lugar a periodos de disnea y tos denominados exacerbaciones (o brotes). Las exacerbaciones dificultan la realización de las tareas cotidianas. Las exacerbaciones se hacen más frecuentes y graves con el tiempo. El grado de afectación de la EPOC varía de una persona a otra. Esto está relacionado en parte con la gravedad de la enfermedad, pero también con las diferencias en la respuesta a los medicamentos, así como con el estado físico y las enfermedades coexistentes. Para la mayoría de las personas, la única forma de prevenir un mayor daño pulmonar es dejar de fumar.

Los medicamentos prescritos para controlar la EPOC suelen tener como objetivo mejorar los síntomas, reducir las exacerbaciones o ambas cosas. En las primeras fases, la toma de broncodilatadores facilita la respiración al relajar los músculos de los pulmones y ensanchar las vías respiratorias, permitiendo que entre y salga más aire de los pulmones.

Algunos agentes de acción prolongada pueden reducir las exacerbaciones. Por ejemplo, los inhaladores de esteroides reducen la inflamación en los pulmones y, por tanto, reducen modestamente el número de exacerbaciones.

Los inhibidores de la fosfodiesterasa 4 (PDE₄) son una clase relativamente nueva de medicamentos comercializados para mejorar la EPOC. Tienen efectos tanto broncodilatadores como antiinflamatorios. Dos de los medicamentos disponibles en la actualidad, el roflumilast y el cilomilast, se toman en forma de comprimido. Se cotejaron y analizaron los resultados de los ensayos existentes para definir los beneficios y los riesgos de los inhibidores de la PDE₄ en la EPOC.

Resultados clave

El análisis de los datos incluyó 42 estudios en 24.587 adultos con enfermedad de moderada a muy grave que suspendieron otros medicamentos habituales para la EPOC. Algunos ensayos permitieron a las personas seguir utilizando sus medicamentos habituales para la EPOC. La mayoría de los ensayos fueron financiados por los fabricantes de inhibidores de la PDE₄.

Los inhibidores de la PDE₄ proporcionaron un pequeño beneficio en la mejora de las mediciones de la función pulmonar (volumen espiratorio forzado en un segundo (VEF₁), capacidad vital forzada (CVF) y flujo espiratorio máximo (FEM)). Los inhibidores de la PDE₄ también redujeron la probabilidad de exacerbaciones relacionadas con la EPOC. Se observó que 28 de cada 100 personas que tomaban inhibidores de la PDE₄ todos los días durante un año experimentaban al menos una exacerbación, lo que suponía cinco menos que las personas que no recibían estos medicamentos.

Los inhibidores de la PDE₄ proporcionaron un pequeño beneficio en la reducción de la disnea y la mejora de la calidad de vida. Alrededor del 5% al 10% de las personas que recibieron roflumilast o cilomilast informaron de efectos secundarios como diarrea, náuseas y vómitos. Se esperaba que 11 de cada 100 personas que tomaban inhibidores de la PDE₄ todos los días durante 39 semanas experimentaran un episodio de diarrea, que eran siete más que los que no recibían inhibidores de la PDE₄. Se descubrió que 7 de cada 100 personas tenían probabilidades de experimentar un evento psiquiátrico con roflumilast 500 µg. Se encontró un aumento de dos a tres veces en el riesgo de trastornos del sueño o del estado de ánimo con roflumilast 500 μg, aunque en general el número total de incidentes notificados fue bajo. No hubo ningún efecto sobre las tasas de mortalidad. Los efectos fueron los mismos independientemente de la gravedad de la EPOC, o de si se estaban tomando otros medicamentos para la EPOC.

Calidad de la evidencia

Estamos moderadamente seguros de los datos para la función pulmonar y la calidad de vida. Estuvimos muy seguros de la evidencia para los efectos secundarios como la diarrea y de los datos para las exacerbaciones.

Los resultados observados en los ensayos publicados en revistas por las compañías farmacéuticas muestran un mayor beneficio de estos medicamentos que los que no fueron publicados. Los datos de los efectos adversos psiquiátricos siguen sin publicarse.

Conclusiones

Apoyamos el uso de los inhibidores de la PDE₄ para la EPOC, pero con precaución. Los inhibidores de la PDE₄ proporcionaron un pequeño beneficio en la mejora de la función pulmonar y la reducción de la probabilidad de exacerbaciones de la EPOC, pero tuvieron poco impacto en la calidad de vida y los síntomas de la EPOC. Los efectos secundarios, como la diarrea y la pérdida de peso, fueron frecuentes.

Los inhibidores del PDE₄ pueden utilizarse mejor como tratamiento complementario para un subgrupo de personas con síntomas persistentes o exacerbaciones a pesar de un tratamiento óptimo de la EPOC (por ejemplo, personas cuya afección no se controló con combinaciones de beta₂agonistas de acción prolongada (LABA) y corticosteroides inhalados (CSI) de dosis fija). Esto se ajusta a las directrices de la GOLD 2020. Son necesarios ensayos a más largo plazo para obtener una estimación más precisa de los beneficios y la seguridad de estos medicamentos a lo largo del tiempo, incluyendo la determinación de si frenan la progresión de la enfermedad de la EPOC.

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