Conexión con lo divino
Las principales religiones del mundo y sus creencias…
Por Marilyn Adamson
Todos queremos llegar a la vida con éxito, alguna sensación de que lo hemos hecho bien. Entonces, ¿qué pasa con las principales religiones del mundo? ¿Hay algo en ellas que pueda dar a nuestras vidas una mayor profundidad y dirección?
A continuación se analizan las principales religiones del mundo… El hinduismo, la espiritualidad de la Nueva Era, el budismo, el islam y el cristianismo.* Hay una breve descripción de cada una, su visión de Dios y lo que una persona puede obtener de esa religión. El final explica en qué se diferencian las enseñanzas de Jesús de las principales religiones.
*Cada una de estas religiones tiene sectas con creencias diferentes. La descripción que se hace aquí se centra en las creencias fundamentales de cada religión. Se podría hablar de otras religiones principales, como el judaísmo, pero por razones de brevedad, hemos elegido éstas.
El hinduismo y sus creencias
La mayoría de los hindúes rinden culto a un único Ser de máxima unidad (Brahman) a través de infinitas representaciones de dioses y diosas. Estas diversas deidades se encarnan en ídolos, templos, gurús, ríos, animales, etc.
Los hindúes creen que su posición en esta vida presente fue determinada por sus acciones en una vida anterior. Por lo tanto, el hinduismo proporciona una posible explicación para el sufrimiento y el mal en esta vida. Si el comportamiento anterior de una persona fue malvado, podría estar justificado que experimentara tremendas dificultades en esta vida. El dolor, la enfermedad, la pobreza o una catástrofe como una inundación son merecidos por esa persona a causa de sus propias acciones malvadas, normalmente de una vida anterior.
El objetivo de un hindú es liberarse de la ley del karma… liberarse de las continuas reencarnaciones. Sólo importa el alma, que un día se liberará del ciclo de renacimientos y estará en reposo.
El hinduismo permite a la persona elegir cómo trabajar hacia la perfección espiritual. Hay tres formas posibles de acabar con este ciclo del karma: 1. Ser devoto amoroso de cualquiera de las deidades hindúes; 2. Crecer en conocimiento a través de la meditación de Brahman (la unidad)… para darse cuenta de que las circunstancias de la vida no son reales, que el yo es una ilusión y que sólo Brahman es real; 3. Dedicarse a diversas ceremonias y ritos religiosos.
La Espiritualidad de la Nueva Era y sus creencias
La Espiritualidad de la Nueva Era promueve el desarrollo del propio poder o divinidad de la persona. Cuando se refiere a la deidad, un seguidor de este tipo de espiritualidad no está hablando de un Dios trascendente y personal que creó el universo, sino que se refiere a una conciencia superior dentro de sí mismo. Una persona que persigue el desarrollo espiritual se ve a sí misma como la deidad, el cosmos, el universo. De hecho, todo lo que la persona ve, oye, siente o imagina debe ser considerado divino.
Altamente ecléctica, la Espiritualidad de la Nueva Era es una colección de antiguas tradiciones espirituales, enseñadas por una amplia gama de oradores, libros y seminarios. Reconoce a muchos dioses y diosas, como en el hinduismo. La Tierra se considera la fuente de toda la espiritualidad, y tiene su propia inteligencia, emociones y deidad. Pero lo más importante es el yo. El yo es el originador, el controlador y el poder sobre todo. No hay realidad fuera de lo que la persona determina.
La Nueva Era enseña el misticismo oriental y técnicas espirituales, metafísicas y psíquicas, como ejercicios de respiración, cantos, tambores, meditación… para desarrollar una conciencia alterada y la propia divinidad.
Todo lo negativo que una persona experimenta (fracasos, tristeza, ira, egoísmo, dolor) se considera una ilusión. Creyéndose completamente soberano sobre su vida, nada de su vida es malo, negativo o doloroso. Con el tiempo, la persona se desarrolla espiritualmente hasta el punto de que no existe una realidad objetiva y externa. Una persona, convirtiéndose en un dios, crea su propia realidad.
El budismo y sus creencias
Los budistas no adoran a ningún dios o divinidad. Las personas ajenas al budismo suelen pensar que los budistas adoran a Buda. Sin embargo, el Buda (Siddhartha Gautama) nunca afirmó ser divino, sino que los budistas lo ven como alguien que ha alcanzado lo que ellos también se esfuerzan por alcanzar, que es la iluminación espiritual y, con ella, la liberación del ciclo continuo de la vida y la muerte.
La mayoría de los budistas creen que una persona tiene innumerables renacimientos, que inevitablemente incluyen sufrimiento. Un budista busca poner fin a estos renacimientos. Los budistas creen que son las ansias, la aversión y la ilusión de una persona las que causan estos renacimientos. Por lo tanto, el objetivo de un budista es purificar su corazón y dejar ir todos los anhelos hacia los deseos sensuales y el apego a uno mismo.
Los budistas siguen una lista de principios religiosos y se adhieren a la restricción personal, el ayuno y la meditación muy dedicada. Cuando un budista medita no es lo mismo que rezar o concentrarse en un dios, es más bien una autodisciplina. A través de la meditación practicada, una persona puede alcanzar el Nirvana – «el apagado» de la llama del deseo.
El budismo proporciona algo que es cierto de la mayoría de las religiones principales: disciplinas, valores y directivas que una persona puede querer vivir.
El islam y sus creencias
Los musulmanes creen que existe un único Dios todopoderoso, llamado Alá, que es infinitamente superior y trascendente a la humanidad. Alá es visto como el creador del universo y la fuente de todo bien y todo mal. Todo lo que ocurre es la voluntad de Alá. Es un juez poderoso y estricto, que será misericordioso con los seguidores en función de la suficiencia de sus buenas obras y su devoción religiosa. La relación de un seguidor con Alá es de siervo de Alá.
Aunque un musulmán honra a varios profetas, Mahoma es considerado el último profeta y sus palabras y estilo de vida son la autoridad de esa persona. Para ser musulmán, hay que seguir cinco deberes religiosos: 1. Repetir un credo sobre Alá y Mahoma; 2. Recitar ciertas oraciones en árabe cinco veces al día; 3. Dar a los necesitados; 4. Un mes al año, ayunar de comida, bebida, sexo y tabaco desde el amanecer hasta el atardecer; 5. Peregrinar una vez en la vida para rendir culto en un santuario de La Meca. Al morir, según la fidelidad a estos deberes, el musulmán espera entrar en el Paraíso. Si no es así, será castigado eternamente en el infierno.
Para muchas personas, el Islam coincide con sus expectativas sobre la religión y la deidad. El Islam enseña que existe una deidad suprema, a la que se rinde culto mediante buenas acciones y disciplinados rituales religiosos. Después de la muerte, una persona es recompensada o castigada según su devoción religiosa. Los musulmanes creen que dar la vida por Alá es una forma segura de entrar en el Paraíso.
El cristianismo y sus creencias
Los cristianos creen en un Dios eterno que es creador de todo lo que existe. Lo ven como un Dios amoroso que ofrece a todos una relación personal con él ahora en esta vida.
En su vida en la Tierra, Jesucristo no se identificó como un profeta que apuntaba a Dios o como un maestro de la iluminación. Más bien, Jesús afirmó ser Dios en forma humana. Realizó milagros, perdonó a la gente de sus pecados y dijo que cualquiera que creyera en él tendría vida eterna.
Los seguidores de Jesús consideran la Biblia como el mensaje escrito de Dios para la humanidad. Además de ser un registro histórico de la vida y los milagros de Jesús, la Biblia revela su personalidad, su amor y su verdad, y cómo uno puede conocer y relacionarse con Dios, como podría hacerlo con un amigo.
Los cristianos creen que todas las personas pecan, incluidos ellos mismos. Ven a Jesús como su Salvador, como el Mesías que fue profetizado por todos los profetas del Antiguo Testamento, en la Biblia. Creen que Jesucristo, por amor a nosotros, pagó el pecado por toda la humanidad muriendo en una cruz. Tres días más tarde, resucitó de entre los muertos como prometió, demostrando su deidad.
¿Qué tan distintas son estas principales religiones?
Al observar estos principales sistemas de creencias y sus puntos de vista sobre Dios, encontramos una enorme diversidad:
- Los hindúes reconocen multitud de dioses y diosas.
- Los budistas dicen que no hay ninguna deidad.
- Los seguidores de la espiritualidad de la Nueva Era creen que son Dios.
- Los musulmanes creen en un Dios poderoso pero incognoscible.
- Los cristianos creen en un Dios amoroso que nos creó para conocerlo.
¿Todas las religiones adoran al mismo Dios? Consideremos esto. La Espiritualidad de la Nueva Era enseña que todo el mundo debería llegar a centrarse en una conciencia cósmica, pero requeriría que el Islam renunciara a su único Dios, el Hinduismo a sus numerosos dioses y el Budismo a establecer que hay un Dios.
¿Qué requiere cada religión?
Las principales religiones del mundo (Hinduismo, Espiritualidad de la Nueva Era, Budismo, Islam, Cristianismo) también son bastante únicas en sus requisitos.
La mayoría de las religiones del mundo colocan a un individuo por su cuenta, esforzándose por la perfección espiritual.
En el hinduismo una persona está por su cuenta tratando de obtener la liberación del karma. En la Nueva Era una persona está trabajando en su propia divinidad. En el budismo es una búsqueda individual para liberarse del deseo. Y en el Islam, el individuo sigue las leyes religiosas por el bien del paraíso después de la muerte.
Todas las religiones están trabajando en el mismo problema.
Todos somos conscientes de los fallos personales y de la necesidad de ser mejores. Esto es lo que lleva a la creación de las religiones.
También queremos sentirnos en paz, realizados y tener fuerza interior. Y por eso nos acercamos a prácticas como la meditación, los rituales religiosos, los libros de autoayuda, el ayuno, la oración, el sacrificio personal, las peregrinaciones, etc.
Esperamos que éstas aumenten nuestra bondad interior y reparen nuestros pecados.
Aunque se esforzaba por alcanzar la iluminación, Buda nunca afirmó estar libre de pecado. Mahoma también admitió que necesitaba el perdón. «Por muy sabios, por muy dotados, por muy influyentes que fueran otros profetas, gurús y maestros, tuvieron la presencia de ánimo de saber que eran imperfectos como el resto de nosotros.»1
Sacrificios en varias religiones
En la mayoría de las religiones, se ve algún tipo de sacrificio requerido para pagar por el pecado.
En el hinduismo, los fuegos sagrados pueden ser utilizados para superar el pecado, el sufrimiento y la adversidad. En otras religiones es habitual exigir horas de oración o meditación varias veces al día; períodos de ayuno; sacrificios económicos; largas peregrinaciones.
El profeta Isaías es un profeta honrado en el judaísmo, el cristianismo y el islam. En lugar de que nos esforcemos por pagar por nuestros pecados, Isaías escribió sobre un Salvador venidero que pagaría personalmente por los pecados de toda la humanidad:
«Todos nosotros, como ovejas, nos hemos descarriado; nos hemos vuelto -cada uno- por su propio camino; y el Señor ha hecho recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros «2
Jesucristo se identificó como este Salvador del que hablaba Isaías. «…el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. «3
Jesús dijo a sus seguidores que entregaría su vida «derramada por muchos, para el perdón de los pecados. «4
Perdón por el pecado
De hecho, Jesús fue azotado, golpeado, una corona de largas espinas le fue clavada en la cabeza, luego sus manos y pies fueron clavados en una cruz donde colgó hasta la muerte, muriendo voluntariamente en nuestro lugar.
El profeta Isaías escribió: «fue aplastado por nuestras iniquidades… derramó su alma hasta la muerte… una ofrenda por la culpa… llevó el pecado de muchos».5
La Biblia dice: «En esto conocemos el amor, en que entregó su vida por nosotros».6
Nuestro pecado fue pagado por Jesús en la cruz. Ahora nos ofrece el perdón completo y nos acoge para que acudamos libremente a él.
La vida después de la muerte
A lo largo de su vida pública, miles de personas siguieron a Jesús, mientras realizaba innumerables milagros, sanando a los enfermos, haciendo que los cojos caminaran, que los ciegos vieran, alimentando a multitudes de 5.000 personas.
A diferencia de otros líderes espirituales, Jesús dijo que él mismo juzgaría al mundo, perdonaría el pecado, daría a la gente la vida eterna, respondería a las oraciones… atributos que sólo pertenecen a Dios. Una y otra vez se identificó a sí mismo como igual a Dios, lo que llevó a su crucifixión.
Sin embargo, Jesús también ofreció una prueba final de su deidad, diciendo que resucitaría de entre los muertos tres días después de su entierro.
No dijo que se reencarnaría algún día en una vida futura. (¿Quién sabría si realmente lo hizo?)
El poder de Jesús para realizar milagros era tan conocido, que sus ejecutores apostaron soldados a la entrada de la tumba de Jesús para asegurarla.
A pesar de ello, ese tercer día, la tumba de Jesús fue encontrada vacía y muchas personas testificaron que lo vieron vivo de nuevo.
La noticia se extendió por todo el mundo de que cualquier persona podía ser plenamente perdonada por Jesús y conocerlo para toda la eternidad creyendo en él. El mensaje era claro.
«Porque tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.»7
(Para saber más sobre Jesús ver Más allá de la fe ciega.)
Jesús nos ofrece una relación consigo mismo y la vida eterna.
A diferencia de muchas religiones del mundo…
Dios nos invita a acercarnos libremente a él. No se trata de un compromiso con un método de superación personal como el Sendero de los Ocho Tramos o los Cinco Pilares, o la meditación, o las buenas obras o la obediencia a los Diez Mandamientos.
Parecen caminos claros, bien definidos y fáciles de seguir para la espiritualidad. Pero se convierten en un agobiante esfuerzo por la perfección, y la conexión con Dios sigue siendo lejana. Los esfuerzos religiosos o las buenas obras son insuficientes para cubrir nuestro pecado.
En cambio, podemos conocer a Jesús, nuestro Salvador, que nos acepta plenamente gracias a su muerte por nuestros pecados y a nuestra fe en él.
No es una religión: es una relación con Dios
Él te da la bienvenida para que lo conozcas. La pregunta es, ¿quieres una relación con Dios?
Si es así, puedes empezar una relación con Dios ahora mismo. Es tan sencillo como pedirle sinceramente el perdón de tus pecados e invitarle a entrar en tu vida.
Jesús dijo: «He aquí que estoy a la puerta y llamo. Si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en él «8
Puedes abrir esa puerta e invitarle a entrar en tu vida ahora mismo, simplemente pidiéndoselo en oración. Las palabras exactas no son importantes, pero esto puede ayudarte a expresarlo:
«Dios, te pido que me perdones y te invito a entrar en mi corazón ahora mismo. Gracias, Jesús, por morir por mis pecados. Entra en mi vida como lo ofreciste. Gracias por darme una relación eterna contigo»
Si le has pedido a Dios que entre en tu vida ahora mismo, has comenzado una relación personal con él. Puedes hablar con él y te guiará en esta vida ahora. A diferencia de las religiones del mundo, Jesús no te indica un camino, una filosofía o unos rituales, sino que le conozcas personalmente a él y a su amor por ti.
Aquí tienes cómo puedes crecer en tu nueva relación con Dios: