¿Cómo funciona la energía eólica?
En Estados Unidos, el 8% de nuestra capacidad de generación de energía proviene de turbinas eólicas -eso es más que cualquier otro recurso renovable- y la energía eólica se ha triplicado con creces en la última década. Más de la mitad de esa capacidad procede de sólo cinco estados: Texas, Iowa, Oklahoma, California y Kansas. Según la Asociación Americana de Energía Eólica, hay más de 56.000 aerogeneradores en todo el país que proporcionan una capacidad de unos 96.000 megavatios, suficiente para alimentar a más de 15 millones de hogares. El Departamento de Energía proyecta que para 2050, esa capacidad eólica aumentará a más de 400 gigavatios.
¿Cómo se puede participar en esta creciente acción de la energía eólica? Muchas compañías eléctricas le permiten aprovechar la energía eólica -y otras fuentes renovables- si paga un poco más por una opción «verde». Un mayor número de consumidores que contratan energía verde significa que esas compañías eléctricas se esforzarán por obtener más energía. Veamos cómo funcionan los aerogeneradores y algunos de los posibles pros y contras.
¿Cómo funcionan los aerogeneradores?
La energía eólica comienza en realidad con el Sol. Para que el viento sople, el Sol primero calienta una sección de tierra junto con el aire que hay sobre ella. Ese aire caliente asciende, ya que un determinado volumen de aire caliente es más ligero que el mismo volumen de aire frío. A continuación, el aire más frío se precipita para llenar el vacío dejado por ese aire caliente y voilá: una ráfaga de viento.
La Oficina de Eficiencia Energética y Energías Renovables describe una turbina eólica como «lo contrario de un ventilador». En pocas palabras, la turbina toma la energía de ese viento y la convierte en electricidad. Entonces, ¿cómo lo hace?
En primer lugar, el viento ejerce presión sobre las largas y delgadas palas, normalmente 2 o 3, haciéndolas girar, de forma parecida a como el viento empuja un velero a lo largo de su trayectoria por el agua. A continuación, las palas giran el rotor, o la tapa cónica de la turbina, y un eje interno que gira a unas 30-60 revoluciones por minuto.
El objetivo final es hacer girar un conjunto de imanes en un generador que, bueno, generará tensión en una bobina de cable gracias a la inducción electromagnética. Sin embargo, los generadores requieren revoluciones más rápidas, por lo que una caja de engranajes suele conectar este eje de menor velocidad a un eje de mayor velocidad aumentando la velocidad de giro a unas 1000 a 1800 revoluciones por minuto. Estas cajas de engranajes son costosas además de pesadas, por lo que los ingenieros buscan diseñar más generadores de «accionamiento directo» que puedan trabajar a las velocidades más bajas.
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