David Bowie is
La exposición combinaba una importante cantidad de escenografía con una serie de instalaciones de proyección de vídeo, y creaba un entorno casi onírico que se animaba a los visitantes a explorar de forma no lineal. Una ecléctica selección de más de 300 objetos, principalmente cedidos por The David Bowie Archive, entre los que se encontraban letras manuscritas, dibujos, trajes y escenografías, se reunieron y presentaron dentro de una serie de entornos distintos que reflejaban la identidad en constante cambio de Bowie y su consumo omnívoro de cultura.
Además del diseño físico -caracterizado por una arquitectura angular y una fría paleta monocromática, acentuada con toques de «Ziggy Orange»-, la exposición presentaba varias secuencias animadas a medida que incorporaban fotografías, imágenes de películas y versiones digitalizadas de objetos de papel. Una película de animación de 4 minutos de duración, proyectada en una sala vacía y abstracta, llevaba al visitante a un viaje por los años de juventud de Bowie, desde su habitación en los suburbios hasta los clubes nocturnos del Soho, pasando por la esponjosa imaginación de un niño que cambió la historia de la cultura. Por otra parte, una serie de cajas gigantes que albergaban 6 de los icónicos trajes de Ziggy Stardust hacían las veces de pantalla de proyección de 9 metros de altura en la que se proyectaban raras secuencias de actuaciones en directo.
El objetivo general del diseño era reforzar el mensaje central de la exposición: que Bowie, a diferencia de cualquier otro artista de su generación, ha tenido, y sigue teniendo, una profunda influencia en nuestras vidas.
Desde su estreno en septiembre de 2013, David Bowie is ha dado la vuelta al mundo, presentándose en Toronto, Sao Paulo, Berlín, Chicago, París, Melbourne, Groningen, Bolonia, Tokio y Barcelona, y ya ha sido vista por más de 1,5 millones de visitantes en todo el mundo, lo que la convierte en la exposición más visitada del V&A en su historia.