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Dedo en garra

El dedo en garra (también llamado pie en garra) es una condición en la que los dedos de los pies de una persona se doblan en forma y/o posición de garra con la mitad inferior de los dedos apuntando hacia arriba y la punta de los dedos apuntando hacia abajo (un desequilibrio de los tendones extensores en el que hay hiperextensión en la articulación metatarsofalángica, y flexión en las articulaciones interfalángicas proximales y distales).

Causas

La afección puede estar presente desde el nacimiento, pero también puede ser causada por un calzado mal ajustado, una cirugía, una inflamación, un accidente cerebrovascular, diabetes, artritis reumatoide, parálisis cerebral, pie cavo (arco alto) y otras afecciones médicas. Se desarrolla cuando los ligamentos y tendones del pie se han tensado, haciendo que las articulaciones PIP y DIP de los dedos se curven.

Síntomas

Las personas que padecen esta enfermedad tienen los dedos de los pies en forma de garra y a menudo experimentan dolor y sensibilidad. Algunos pueden desarrollar con frecuencia callos y durezas en los dedos de los pies que aparecen por la fricción y el roce constante de los zapatos. En casos extremos, las personas con dedos en garra no pueden mover los dedos en absoluto.

Tratamiento y prevención

Hay dos tipos de dedos en garra: flexibles y rígidos. Además de usar zapatos cómodos con punteras grandes, las personas con dedos en garra flexibles pueden aliviar parte de la sensibilidad y el dolor del pie masajeando los dedos y tirando con frecuencia (pero suavemente) de los dígitos hacia su posición original. Estirar las pantorrillas, las plantas de los pies y las zonas metatarsianas también puede ayudar a aflojar los músculos y aliviar algunas de las molestias. Las plantillas ortopédicas también pueden ayudar a aliviar los síntomas de la afección.

Los dedos en garra pueden empeorar sin tratamiento y pueden convertirse en una deformidad permanente con el tiempo. Y debido a que la condición es a menudo el resultado de otras enfermedades más graves, es importante ver a un médico si usted sospecha que está desarrollando la condición. Si los dedos de los pies siguen siendo flexibles, el médico puede sugerirte que uses una férula para reposicionarlos. Si están rígidos, puede ser necesario realizar una cirugía que acorte los huesos de los dedos.

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