Desarrollo del recién nacido a los 2-3 meses
Desarrollo del recién nacido a los 2-3 meses: qué ocurre
A los 2-3 meses, tu bebé entiende que las voces y las caras van juntas, especialmente la tuya. Esto se debe a que ha formado un fuerte apego a ti. Puede que te siga con la mirada y le guste sonreírte. Cuando le hablas, puede que incluso te devuelva el eco.
Tu bebé está empezando a mirar con más atención objetos como bloques pequeños y juguetes, y sus ojos pueden seguir objetos que se mueven en círculo o en arco sobre su cabeza.
En esta época, puede que tu bebé llore y se alborote más; esto es una parte normal del desarrollo y pasará con el tiempo. Cada bebé es diferente, pero el llanto y el alboroto suelen alcanzar su punto máximo en torno a las 6-8 semanas y empiezan a calmarse alrededor de las 12-16 semanas.
Tu bebé está empezando a comunicarse contigo de nuevas maneras. Por ejemplo, su llanto cuando tiene hambre puede ser diferente al de cuando tiene dolor. También utilizará las expresiones faciales y el lenguaje corporal para intentar decirte cosas. Puede que tu bebé empiece a reírse. A los tres meses puede que incluso empiece a «arrullar».
A estas alturas, es probable que tu bebé muestre emociones como interés, disgusto, angustia y disfrute.
Es probable que tu bebé pueda juntar las manos. Sus manos estarán abiertas la mayor parte del tiempo y le gusta abrirlas y cerrarlas. También está empezando a utilizar las manos y los ojos a la vez e incluso podría alcanzar tu cara o balancear sus manos hacia un objeto.
Cuando tu bebé está boca abajo, podría apoyarse en sus antebrazos o rodar sobre su costado. Puede estirar las piernas y dar patadas cuando está boca abajo o de espaldas. Si le sostienes en posición de pie -por ejemplo, en el suelo o en tu regazo- puede intentar ponerse de pie sobre sus piernas.
Ayudar al desarrollo del recién nacido a los 2-3 meses
Aquí tienes algunas cosas muy sencillas que puedes hacer con tu bebé en esta época para favorecer su desarrollo:
- Jugar juntos: tu bebé se siente querido y seguro cuando juegas con él. Y no necesitas juguetes especiales: prueba con actividades sencillas como hablar, leer, cantar canciones como «Twinkle twinkle little star» y jugar a juegos como el peekaboo.
- Sonríe a tu bebé: cuando tu bebé te ve sonreír, libera sustancias químicas naturales en su cuerpo que le hacen sentirse bien, seguro y protegido. También fomenta el apego a ti.
- Dale a tu bebé tiempo boca abajo: pasar de 1 a 5 minutos jugando boca abajo cada día fortalece la cabeza, el cuello y la parte superior del cuerpo de tu bebé. Tu bebé necesita estos músculos para levantar la cabeza, gatear y ponerse de pie cuando sea mayor. Vigila siempre a tu bebé durante el tiempo boca abajo y ponlo de espaldas para dormir.
- Prueba el masaje para bebés: el masaje para bebés es una forma estupenda de establecer un vínculo con tu bebé. También puede ser relajante y calmante si tu bebé está de mal humor.
- Llora mucho y esto te preocupa
- No puede enfocar sus ojos en algo sino que cruza los ojos la mayor parte del tiempo (es normal que los ojos del bebé se crucen ocasionalmente en estos meses)
- No te mira a los ojos, aunque sea por poco tiempo
- No presta atención a las caras
- No emite sonidos ni responde a ruidos fuertes.
- No se alimenta bien
- No duerme bien
- Está muy cansado o duerme mucho más de lo esperado, es decir, más de unas 16 horas al día
- No empieza a sonreír.
- mantenga las manos cerradas en un puño la mayor parte del tiempo
- está muy flojo o muy rígido.
A veces tu bebé no querrá hacer algunas de estas cosas, por ejemplo, puede estar demasiado cansado o tener hambre. Utilizará señales especiales de bebé para hacerte saber cuándo ha tenido suficiente y qué necesita.
El llanto del recién nacido y cómo responder
A veces sabrás por qué llora tu bebé. Cuando respondes al llanto -por ejemplo, alimentando a tu bebé si tiene hambre- se siente más cómodo y seguro.
A veces puede que no sepas por qué llora tu bebé, pero sigue siendo importante consolarle. No puedes consentir a tu bebé cogiéndolo en brazos, abrazándolo o hablándole con voz tranquilizadora.
Pero el llanto abundante puede hacer que te sientas frustrado, molesto o agobiado. Está bien que te tomes un tiempo hasta que te sientas más tranquila. Coloca a tu bebé en un lugar seguro, como una cuna, o pide a otra persona que le coja en brazos durante un rato. Intenta ir a otra habitación para respirar profundamente, o llama a un familiar o amigo para hablar de las cosas.
Nunca sacudas a un bebé. Puede provocar una hemorragia en el interior del cerebro y un probable daño cerebral permanente.
Está bien pedir ayuda. Si te sientes abrumada por las exigencias del cuidado de tu bebé, llama a la línea telefónica para padres de tu localidad. También puedes poner en práctica nuestras ideas para manejar la ira, la ansiedad y el estrés.
Cómo criar a un recién nacido
Cada día tú y tu bebé aprenderéis un poco más el uno del otro. A medida que tu bebé crezca y se desarrolle, aprenderás más sobre lo que necesita y cómo puedes satisfacer esas necesidades.
Como padre, siempre estás aprendiendo. Está bien sentirse seguro de lo que sabes. Y también está bien admitir que no sabes algo y hacer preguntas o pedir ayuda.
Cuando te centras en el cuidado de tu bebé, puedes olvidarte o quedarte sin tiempo para cuidarte a ti misma. Pero cuidarte física, mental y emocionalmente ayudará a tu hijo a crecer y prosperar.
Cuándo preocuparse por el desarrollo del recién nacido
Consulta a tu enfermera de salud infantil y familiar o a tu médico de cabecera si te preocupa o notas que tu bebé de tres meses tiene alguna de las siguientes dificultades.
Ver, oír y comunicarse
Su hijo:
Comportamiento:
Movimiento
Su hijo:
Si notas que tu bebé ha perdido habilidades que antes tenía, acude a un profesional de la salud infantil.
También deberías acudir a tu enfermera de salud infantil y familiar o a tu médico de cabecera si tú o tu pareja experimentáis los signos de la depresión postnatal en mujeres o de la depresión postnatal en hombres. Los síntomas de la depresión postnatal incluyen sentirse triste y llorar sin ninguna razón obvia, sentirse irritable, tener dificultades para afrontar la situación y sentirse muy ansioso.