Descubre los impresionantes beneficios para la salud del terciopelo de cornamenta de ciervo
Fuente: The Amazing Healing Powers of Nature, Reader’s Digest
Los sorprendentes beneficios para la salud del terciopelo de la cornamenta de ciervo
La cornamenta de ciervo, o más concretamente el «terciopelo de la cornamenta», que se refiere a la cornamenta blanda y recién crecida antes de que se endurezca, y no sólo a la piel de terciopelo, se ha utilizado en la medicina china durante 2000 años. A menudo se prescribe como tónico y tiene fama de reforzar el sistema inmunitario, mejorar la resistencia y reducir la hinchazón. También se prescribe para favorecer la cicatrización de las heridas y fortalecer los huesos, y se dice que es afrodisíaco y mejora la fertilidad. En China, se considera que el cuerno de terciopelo es el segundo en cuanto a sus poderes reconstituyentes, después del ginseng.
Hoy en día, se están acumulando pruebas clínicas que respaldan el uso del cuerno de terciopelo como tratamiento de la osteoartritis y como suplemento para mejorar la fuerza y la resistencia en el rendimiento deportivo. Algunos estudios indican que también puede prevenir el crecimiento de tumores, mejorar el estado de ánimo y la circulación.
Las personas con osteoartritis toman condroitín sulfato como antiinflamatorio y el cuerno de terciopelo contiene una alta concentración de este compuesto, así como cantidades significativas de sulfato de glucosamina. Ambos parecen inhibir el agotamiento del hueso y el cartílago. El uso del cuerno de terciopelo en el tratamiento de la artritis reumatoide se está estudiando en la Universidad de Calgary y en la Universidad de Alberta.
Cómo tomar el cuerno de terciopelo como remedio para la salud
El cuerno de terciopelo en polvo está disponible en forma de cápsulas en las tiendas de salud. Como tónico general y para combatir la fatiga, la dosis recomendada suele ser de 1 ó 2 cápsulas (de 250 a 350 miligramos cada una) al día. En el caso de afecciones como la artrosis, pueden utilizarse dosis más elevadas bajo la supervisión de un médico. Los efectos de la cornamenta de terciopelo se acumulan gradualmente y suelen observarse entre 8 y 12 semanas.
La investigación sobre la cornamenta de los ciervos podría tener importantes beneficios para la salud de los seres humanos
Imagínese poder hacer crecer de nuevo un dedo. Los científicos creen que estudiando la forma en que los ciervos regeneran su cornamenta podríamos estar más cerca de poder hacer precisamente eso.
Todos los miembros masculinos de la familia de los ciervos, incluidos los alces, los alces y los renos (caribúes), hacen crecer un nuevo conjunto de cuernos cada año’desde cero, en cuestión de meses’y luego se desprenden de ellos al final de la temporada anual de apareamiento. La capacidad de regenerar cada año unos apéndices tan grandes es única en esta familia de mamíferos y poco frecuente en el conjunto del reino animal (los cuernos, a diferencia de la cornamenta, son permanentes y no pueden volver a crecer). Entender cómo ocurre podría tener importantes implicaciones para la medicina humana, sobre todo en los campos de la cicatrización de heridas y la regeneración de órganos.
Cuando las astas se caen, dejan heridas que se curan rápidamente, sin formar una cicatriz. Los investigadores han descubierto que la cornamenta de terciopelo contiene sustancias que favorecen la cicatrización, y que podrían ser de utilidad para el ser humano. Son especialmente interesantes tres hormonas conocidas por favorecer el crecimiento del tejido cutáneo: el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1), el factor de crecimiento epidérmico (EGF) y el factor de crecimiento transformante-β1 (TGF-β1). En un estudio reciente, una pomada elaborada a partir de astas de terciopelo, que contiene estos compuestos, mejoró la cicatrización cuando se aplicó a la piel de ratas. El IGF-1 fue un tema candente en los medios de comunicación en el invierno de 2013, cuando un jugador de fútbol americano, Ray Lewis, fue acusado de utilizar un spray prohibido que contenía IGF-1.
Más intrigante aún es cómo los ciervos consiguen hacer crecer de nuevo su cornamenta. Los científicos han encontrado células madre en las bases de las astas, esencialmente células «en blanco» que pueden convertirse en muchos tipos diferentes de células, como una célula de la piel o una célula del cartílago. Si pudieran averiguar qué es lo que desencadena las células madre y controla su desarrollo en la cornamenta, los conocimientos podrían aplicarse a la regeneración de miembros y órganos humanos. Los científicos saben que la muda se inicia por una caída de la hormona testosterona, un cambio vinculado al aumento de la duración del día, y creen que el estrógeno puede ser un regulador celular clave. Sin embargo, se requiere mucha más investigación a nivel molecular para desentrañar lo que es claramente un proceso intrincado.