Diabetes: La temperatura del frigorífico puede restar eficacia a la insulina
La insulina debe conservarse en el frigorífico a una temperatura de entre 2 y 8 °C (36-46 °F) para que sea eficaz. Si se transporta en un bolígrafo o en un vial, debe almacenarse a una temperatura de entre 2 y 30 °C.
La Dra. Braune y sus colegas examinaron la temperatura a la que se almacenaba la insulina en los frigoríficos domésticos y la que llevaban 388 personas con diabetes que vivían en Estados Unidos y en la Unión Europea.
Instalaron sensores de temperatura junto a los frigoríficos domésticos de los voluntarios o en sus bolsas de diabetes. Estos sensores tomaron mediciones automáticamente cada 3 minutos, o 480 veces al día, durante un periodo de 49 días.
Las mediciones se enviaron a una base de datos a través de una app. En total, el análisis comprendió 400 registros de temperatura, el 79 por ciento de los cuales se encontraban fuera de las directrices de temperatura.
El análisis descubrió que el 11 por ciento del tiempo -o 2 horas y 34 minutos cada día- la insulina se almacenaba en la nevera a temperaturas inadecuadas. La insulina transportada quedaba fuera de las recomendaciones sólo 8 minutos al día.
La congelación también era un problema importante, ya que los sensores detectaban temperaturas por debajo de 0°C alrededor del 17 por ciento del tiempo, o 3 horas al mes.
El Dr. Braune comenta los hallazgos, diciendo: «Muchas personas con diabetes están almacenando inadvertidamente su insulina de forma incorrecta debido a las fluctuaciones de temperatura en los frigoríficos domésticos.»
«Cuando almacene su insulina en el frigorífico de casa, utilice siempre un termómetro para comprobar la temperatura. Se sabe que las condiciones de almacenamiento a largo plazo de la insulina tienen un impacto en su efecto reductor de la glucosa en sangre.»
La Dra. Katarina Braune
Continúa diciendo: «Para las personas que viven con diabetes insulinodependiente y que se administran insulina varias veces al día mediante inyecciones o de forma continua con una bomba, la dosificación precisa es esencial para lograr resultados terapéuticos óptimos.»
«Incluso la pérdida gradual de potencia introduce una variabilidad innecesaria en la dosificación», añade la doctora Braune, que advierte: «Se necesita más investigación para examinar hasta qué punto las desviaciones de temperatura durante el almacenamiento doméstico afectan a la eficacia de la insulina y a los resultados de los pacientes».