El 12 de marzo de 1938
Al amanecer del sábado 12 de marzo de 1938, el ejército alemán cruza los puestos fronterizos austriacos.
Veinte años después de su derrota en la Gran Guerra, Alemania vuelve a conquistar. Sin disparar un tiro, anexiona la pequeña Austria, que hasta entonces había resistido su presión.
Las miras de Alemania sobre Austria se remontan al final de la Gran Guerra.
La República de Austria, superviviente del Imperio Austrohúngaro, se caracteriza al igual que su vecina Alemania por una gran homogeneidad lingüística. Sus siete millones de habitantes hablan alemán, aunque muchos, sobre todo en Viena, la capital, proceden de las distintas comunidades del antiguo imperio: húngaros, eslavos, italianos, judíos orientales…
Desde el final de la Primera Guerra Mundial, muchos alemanes y austriacos pensaron con toda naturalidad en unir ambos países. Pero esta perspectiva les fue formalmente prohibida por el tratado de paz de Saint-Germain-en-Laye de 1919.
Austria fue aceptando la idea de vivir separada de su poderoso vecino. En 1932, sucumbió a la seducción de un joven canciller de extrema derecha, Engelbert Dollfuss (40 años).
Decepcionado por el régimen parlamentario y sensible a los logros de Mussolini, Dollfuss se acercó a Mussolini para resistir mejor la presión de Hitler. Combate a los militantes nazis en su país sin ningún reparo y no duda en encerrarlos en campos. Pero el canciller fue asesinado el 25 de julio de 1934 por nazis austriacos patrocinados por Hitler.
La tragedia ocurrió poco más de un año después de que éste tomara el poder. Las fuerzas gubernamentales, bajo las órdenes del doctor Kurt Schuschnigg, detuvieron a los asesinos.
En Roma, Mussolini estalló de rabia al enterarse del asesinato de Dollfuss. En el apogeo de su popularidad, no tolera que Alemania extienda su territorio hasta la frontera italiana. Envía cuatro divisiones al paso del Brennero, entre Italia y Austria, y acude en persona a Viena para mostrar su apoyo a los austriacos.
El 6 de septiembre de 1934, despliega su ira durante un discurso público: «Treinta siglos de historia nos permiten contemplar con desprecio las doctrinas del otro lado de los Alpes, sostenidas por los descendientes de hombres que no sabían escribir cuando Roma tenía a César, Virgilio y Augusto» (nota).
El Führer se tragó su despecho y pospuso para más adelante el Anschluss (la «reagrupación» de Austria) que los nacionalistas alemanes y austriacos habían soñado durante un siglo.
El doctor Kurt Schuschnigg, nuevo canciller de Austria, asiste impotente al ascenso de los movimientos nazis, apoyados activamente por Hitler.
El equilibrio de poder cambia bruscamente en 1936. Mussolini, condenado al ostracismo por los pueblos civilizados tras la invasión de Etiopía, se acerca a Hitler bajo presión. Apoya con él la rebelión del general Franco en España… Ya no está en condiciones de negarle el Anschluss.
El mismo año, el gobierno francés permanece inactivo ante la remilitarización de Renania por parte de Hitler. Este incumplimiento de los tratados internacionales se produjo el 7 de marzo de 1936, un año después del restablecimiento en Alemania del servicio militar obligatorio, en violación del Tratado de Versalles.
Asegurada su retaguardia, el Führer regresó así a Austria. El 12 de febrero de 1938, convocó a Schuschnigg a su nido de águilas de Berchtesgaden, el Berghof, y le exigió al canciller que cesara toda persecución de los militantes nazis que sembraban el desorden en el país y que, además, confió el Ministerio del Interior y Seguridad a un notorio nazi, el abogado vienés Arthur Seyss-Inquart, mientras que el Ministerio de la Guerra pasó a manos de un simpatizante nazi, Glaise-Horstenau.
Al ocupar finalmente Austria el 12 de marzo, Hitler invocó el derecho de los pueblos a la autodeterminación (sic). Al día siguiente de la entrada de las tropas alemanas en su país natal, proclamó oficialmente el Anschluss desde un podio erigido frente al Hofburg, el palacio imperial de Viena. Rebautizada como Ostmark (Marcha del Este), Austria quedó bajo la autoridad del Gauleiter (líder regional) Josef Bürckel.
Léon Poliakov
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