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El Museo Guggenheim Bilbao | Frank Gehry

Museo Guggenheim

El Museo Guggenheim diseñado por Frank Gehry, situado en Bilbao, País Vasco, España, fue inaugurado el 19 de octubre de 1997. Se trata de una escultura curvilínea de forma libre, construida sobre un armazón de acero cubierto por un revestimiento de titanio. En total, el edificio cuenta con 24.290 m2 de espacio, de los cuales 10.560 m2 están reservados para exposiciones en tres plantas interconectadas por ascensores de cristal y pasarelas suspendidas. A través de los componentes naturales del museo, Gehry interconecta la experiencia de los visitantes con el exterior mediante elementos como las grandes paredes de cristal y los elementos de titanio que reflejan las escamas de un pez.

Otro importante componente urbano es la circulación a lo largo del río. El uso de un estanque frente al museo y la utilización de la circulación de forma teatral y dinámica, da la impresión de que el río llega hasta el borde del edificio.

Gehry trató de involucrar el proyecto dentro de un esquema urbano más amplio, revitalizando el frente marítimo y explorando los lugares desde donde se podían disfrutar mejores vistas. Tanto el atrio como el espacio de las galerías se integran visualmente en el paisaje exterior e incorporan el paisaje urbano como parte del componente del edificio.

El arquitecto optó por revestir las superficies que dan al río con láminas de 0,3 mm de espesor fabricadas con una aleación de titanio y zinc que posee una durabilidad y ductilidad extraordinarias, además de proporcionar un color mejor que el del acero debido al clima nublado de la ciudad.

Cortesía de Gehry Partners

Gehry utilizó un rico repertorio de materiales y lenguajes, alternando piedra, vidrio y metal en una estudiada composición que produce diferentes sensaciones desde el lugar en que se ve. La capacidad de Gehry para crear un diseño tan espontáneo y orgánico se debe a un nuevo avance informático, CATIA (Computer Aided Three Dimensional Interactive Application).

Es imposible describir la emoción de este espacio. Gehry afirma que la piel de titanio del exterior tiembla realmente con un viento fuerte, como si el edificio respirara. Pero es aquí, en el atrio, donde el edificio cobra vida. Su forma ondulante y erótica se retuerce hacia el cielo, como si quisiera absorber al visitante en un sueño maravilloso.

Gehry describió tres pasos que condujeron al éxito de la construcción del museo. En primer lugar, se aseguró de que la «organización del artista» siguiera siendo primordial durante todo el proceso. Es decir, que el diseño y la construcción tuvieran menos que ver con la ingeniería que con una visión artística. Gehry pudo permitirse dar rienda suelta a su artista interior porque el software CATIA superó las restricciones que habían retenido a los arquitectos de generaciones pasadas. La concentración en el arte también mantuvo a raya los intereses políticos y empresariales externos, cuya interferencia podría estropear el proceso de creación de un edificio tan monumental. El segundo paso para Gehry fue establecer estimaciones de costes realistas y atenerse a ellas. Esto puede no parecer radical, pero en proyectos de construcción como éste, los presupuestos desbocados y el exceso de optimismo pueden dar lugar a estructuras incompletas y diseños comprometidos. Todo esto se evitó, haciendo que el proceso, desde el principio hasta el final, fuera positivo. Por último, el uso de CATIA y el titanio permitieron el diseño flexible y los costes razonables.

Cortesía de Gehry Partners

Información del proyecto:
Arquitectos: Frank Gehry
Localización: Museo Guggenheim Bilbao, España
Año del proyecto: 1997

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