El zorro del desierto: La historia de Rommel (1951)
Aunque se trata de una película de guerra muy repetible, con una actuación excelente de James Mason, esta película tiene sus inexactitudes, empezando por su memorable comienzo. En realidad, los comandos británicos no entraron a hurtadillas o a la carga, vestidos con trajes de combate nocturno; simplemente entraron a pie, disfrazados con uniformes del Eje e identificaciones falsas. Aunque la misión encubierta resultó un fiasco, Rommel, siguiendo la tradición caballeresca, hizo enterrar a estos supuestos asesinos con todos los honores militares. Sin embargo, desde el punto de vista cinematográfico, es un momento apasionante y se considera la primera secuencia cinematográfica previa a los créditos, un truco que se vería con bastante frecuencia en películas posteriores, como las de Bond y otras.
La película se centra en gran medida en la participación del mariscal de campo en el intento de asesinato de Hitler, pero todavía se puede discutir hasta qué punto (o hasta qué punto) Rommel estuvo involucrado. Curiosamente, James Mason mencionó en una ocasión que se presentó para el papel de Rommel y que compitió con otro actor contratado por la Fox, Gary Merrill (más conocido como el interés amoroso de Bette Davis en ALL ABOUT EVE). A Mason le impresionó lo bien que marchaba y se pavoneaba Merrill, realizando acciones físicas de tipo militar que no le resultaban fáciles al urbanita Mason. Aunque Mason acabó ganando el papel a Merrill, él mismo consideró que no le hacía justicia (aunque muchos, entre los que me incluyo, no estarían de acuerdo con él). Tal vez el estudio optó por Mason para dar una mayor simpatía, porque los espectadores tienden a olvidar el número de aliados que murieron directamente por culpa del protagonista. Rommel fue un gran general por sus enérgicas e ingeniosas tácticas, no por (posiblemente) querer matar a Hitler.
No me malinterpreten; esta película sigue siendo una gozada.