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Equilibrio ácido – alcalino y cáncer: La verdad detrás del mito

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Por Dianne Piepenburg, MS, RD, CSO, LD – Minnesota Oncology

«Tengo tiras de tornasol para comprobar mi saliva porque alguien me dijo que mi cuerpo es demasiado ácido.»

«Estoy evitando los cítricos, los tomates y los alimentos ácidos porque el cáncer prospera en un entorno ácido»

Estos comentarios parecen muy lógicos y creíbles; sin embargo, el concepto de que el cuerpo es demasiado ácido, y uno necesita hacer el cuerpo más alcalino con el fin de «matar de hambre» a las células cancerosas es sólo un mito. La información a continuación discutirá cómo se inició este mito, lo que sabemos hoy en día, e identificar lo que puede hacer para incorporar alimentos que combaten el cáncer dentro de su rutina.

La Historia:

A finales de 1870 un científico llamado Marcelino Berthelot utilizó el Calorímetro de Bomba para estudiar la cantidad de calor producido o absorbido durante las reacciones químicas. Esta máquina consistía en una cámara con forma de cilindro, oxígeno presurizado y una pequeña cantidad de agua. Berthelot tomaba diversas sustancias alimenticias (por ejemplo, frutas, verduras, carne, etc.) y las incineraba dentro de este aparato, que convertía el artículo en una sustancia de tipo ceniza. Cuando esta ceniza se mezclaba con agua, Berthelot podía comprobar el pH de cada artículo. Lo que descubrió fue que los artículos con un pH más alto (más alcalino) eran artículos de origen vegetal, como las frutas y las verduras, mientras que los que tenían un pH más bajo (más ácido) eran las carnes.

Entonces, a principios del siglo XX, el Dr. Otto Warburg, ganador del premio Nobel, sugirió que las células cancerosas «viven en condiciones hipóxicas, con muy poco oxígeno, y ácidas, y obtienen energía de los azúcares fermentándolos del mismo modo que lo hace la levadura». A partir de esto, teorizó que estas condiciones de bajo oxígeno y alta acidez causaban el cáncer.

Dados estos hallazgos, es fácil ver de dónde vino la idea de ácido-alcalino, PERO hay que recordar que la ciencia ha avanzado dramáticamente desde estos tiempos. Mientras que ambos caballeros proporcionaron una investigación de vanguardia para su época, hoy sabemos mucho más sobre el cáncer, el metabolismo de los alimentos y la dieta. Entonces, ¿qué sabemos ahora?

La ciencia de hoy:

Para que una célula cancerosa crezca, depende del crecimiento de los vasos sanguíneos en los esfuerzos por proporcionar suficiente oxígeno para metabolizar la energía. Sin embargo, el ritmo de crecimiento y división de las células cancerosas es más rápido que la producción de vasos sanguíneos que suministran oxígeno. Esto resulta en el metabolismo ineficiente de su suministro de energía, y en última instancia, se produce ácido láctico.

El hecho de que la célula cancerosa esté produciendo ácido láctico, no significa que todo el cuerpo se vuelva ácido. De hecho, el cuerpo tiene un conjunto muy ajustado de controles y equilibrios que mantiene el pH de la sangre (es decir, del cuerpo) entre 7,35 – 7,45, o casi neutral. También es imposible alterar significativamente el pH de la sangre con los alimentos que se ingieren. Por lo tanto, comprobar la acidez o alcalinidad de su saliva no es una medida precisa del equilibrio real del pH de su cuerpo.

Así que, como puede ver, no es el cuerpo el que es demasiado ácido y da a las células cancerosas un medio para crecer y dividirse. Más bien, es lo contrario. Las células cancerosas producen ácido, pero eso no hace que todo el cuerpo sea más ácido.

¿Qué puedes hacer?

Afortunadamente, los mismos alimentos que Berthelot encontró que eran alcalinos allá por el año 1800 son muchos de los mismos alimentos que se recomiendan hoy en día por sus propiedades para combatir el cáncer. Estos alimentos de origen vegetal -incluidos los cítricos y los tomates- protegen las células del daño, fomentan el crecimiento celular normal y otros procesos que ayudan a combatir el cáncer y otras enfermedades crónicas. Por el contrario, los alimentos ácidos de alta ingesta, como la carne y las proteínas de origen animal, se han relacionado con la inflamación, la insensibilidad a la insulina y el aumento de la división celular.

Como puede ver, el mito de la necesidad de hacer el cuerpo más alcalino no tiene un valor significativo con respecto al crecimiento o desarrollo de las células cancerosas. Sin embargo, sí sabemos que es recomendable incorporar más alimentos de tipo alcalino. El Instituto Americano para la Investigación del Cáncer recomienda una dieta basada en plantas que tiene como objetivo recibir al menos cinco porciones de frutas y verduras al día (al menos 2 ½ tazas), utilizando granos enteros en lugar de granos refinados, incorporando frijoles/legumbres con más frecuencia y carne con menos frecuencia. La incorporación de estos hábitos dietéticos limitará la ingesta de alimentos ácidos, aumentará la ingesta de alimentos alcalinos y proporcionará a su cuerpo los nutrientes que combaten el cáncer que anhela.

  1. Biografía de Pierre Eugène Marcellin Berthelot. http://www.madehow.com/inventorbios/32/Pierre-Eug-ne-Marcellin-Berthelot.html. Consultado el 11 de marzo de 2014.
  2. Schor, Jacob. Dietas ácido alcalinas y cáncer, una cuestión ética. 12 de diciembre de 2007. http://www.denvernaturopathic.com/alkalineash.htm. Consultado el 10 de marzo de 2014.
  3. Premio Nobel de la Paz Dr. Otto Heinrich Warburg: La causa del cáncer. http://michael2108.wordpress.com/2010/04/03/nobel-peace-prize-winner-dr-otto-heinrich-warburg-the-cause-of-cancer/. Consultado el 11 de marzo de 2014.
  4. Instituto Americano para la Investigación del Cáncer. www.aicr.org. Consultado el 11 de marzo de 2014.

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