Es tu bebé un comensal quisquilloso?
Transforma el ritmo. Algunos bebés quieren comer rápido, otros lento. ¿Podría estar frustrando a su pequeño con un ritmo de alimentación equivocado? Sólo hay una forma de averiguarlo: Prueba a ralentizar la siguiente toma o a acelerar el ritmo.
Minimiza las distracciones. Haz que la comida sea el centro de atención a la hora de comer. Apague el televisor, retire los juguetes y los libros y ayude a su pequeño a concentrarse en una cosa: comer.
Mantenga una duración razonable de las comidas. Es tentador dejar que un comedor quisquilloso se tome todo el tiempo que quiera para comer. Aunque no debes apurar la hora de la comida, no dejes que se prolongue mucho más de 20-30 minutos.
Deja que el bebé toque su comida. Seguramente tú no te comerías un alimento que no has visto nunca sin haberlo mirado antes. Tu bebé es igual, así que deja que tu pequeño toque un alimento nuevo antes de ofrecérselo.
Sigue la línea de tiempo de tu bebé. La mayoría de los bebés empiezan a comer alimentos sólidos entre los 4 y los 6 meses, pero algunos pueden empezar un poco antes y otros después. Al igual que ocurre con el gateo, la marcha, el aprendizaje para ir al baño y casi todos los demás hitos infantiles, no hay un momento perfecto: es el momento de su bebé.
Deje que su bebé participe. Alrededor de los 9 meses, muchos bebés están interesados en intentar alimentarse por sí mismos. Aunque es probable que su quisquilloso comensal haga un lío agitando la cuchara a la hora de comer, dejar que tome el control es importante para el crecimiento y el desarrollo del niño.
Es natural que los bebés reduzcan la velocidad de sus comidas. Al llegar al final de su primer año, el crecimiento de los bebés tiende a disminuir. También lo hacen sus necesidades calóricas. Tenga paciencia; los brotes de crecimiento están en camino.
Siga probando, con suavidad. Algunos bebés pueden necesitar probar un alimento ocho, 10, incluso 15 veces antes de que lo disfruten, así que sea paciente y continúe revisando un alimento rechazado con el tiempo, siempre y cuando no haya problemas de alergia.
No deje que se sienta frustrado o enfadado. Reacciona emocionalmente ante un comedor quisquilloso y hasta un niño de 1 año entenderá su poder sobre ti. Date cuenta de que quieres que tu bebé coma por su propio bienestar, no para complacerte, y que el rechazo del bebé a un alimento no es un rechazo a ti.
Entiende quién es responsable de qué. Es tu trabajo alimentar a tu bebé, pero es responsabilidad de tu bebé decidir qué y cuánto comer. Los niños siempre comerán cuando tengan hambre. Mientras el niño crezca y aumente de peso -y usted le dé alimentos saludables- no hay que preocuparse por un bebé que sea quisquilloso con la comida.