Escritura Católica
Bendecidos por el Espíritu Santo, todos los cristianos recibimos los frutos y dones que nos otorgan nuestra humanidad, moralidad y ética. Los católicos creemos que nacemos con los 12 frutos del Espíritu Santo, y que los 7 dones se nos otorgan por primera vez en el Bautismo y se fortalecen en la Confirmación.
En este artículo vamos a repasar los nueve frutos del Espíritu Santo de base bíblica que se solapan con los doce frutos tradicionales y los siete dones del Espíritu Santo, y sus significados
«Pero el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley» (Gálatas 5:22-23)
«Si hablo en lenguas de hombres o de ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un gong que resuena o un címbalo que retiñe. Si tengo el don de profecía y puedo descifrar todos los misterios y todo el conocimiento, y si tengo una fe que puede mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Si doy todo lo que poseo a los pobres y entrego mi cuerpo a las privaciones para presumir, pero no tengo amor, nada gano» (Corintios 12:31-13:3)
«El Espíritu del Señor reposará sobre él: el Espíritu de la sabiduría y de la inteligencia, el Espíritu del consejo y de la fuerza, el Espíritu del conocimiento y del temor del Señor» (Isaías 11:2)
Los 12 frutos del Espíritu Santo
1) Caridad
El Espíritu Santo nos ha infundido la capacidad de amar. Para el amor a Dios y al prójimo, sin el deseo de recompensa por nuestra entrega desinteresada.
2) Alegría
Cuando el Espíritu Santo entra en nosotros, llegamos a reconocer que la verdadera felicidad no proviene del dinero ni de las posesiones. Sino que al conocer y seguir a Jesús, algún día estaremos con él, ahora y para siempre en el cielo.
3) Paz
Hay una tranquilidad dentro de nuestra alma que proviene de nuestra confianza en dios. A través de la oración y la guerra experimentamos una paz interior, y trabajamos para difundir esta paz por todo el mundo.
4) Paciencia
Al tratar a los demás con consideración y tolerancia, somos capaces de demostrar nuestra capacidad para resistir la tentación, y la necesidad de la misericordia y el perdón de Dios. Como el amor es paciente.
5) Benignidad
También conocida como bondad, es la disposición a hacer más por los demás que ellos por ti. En otras palabras, la virtud de tratar a los demás como a uno le gustaría ser tratado.
6) Bondad
Renunciar al mal y abrazar lo que es bueno, mientras nos arrepentimos de nuestros pecados, y nos esforzamos por hacer la voluntad de Dios.
7) Longanimidad
Soportar tranquilamente las provocaciones y los ataques de los demás, mediante la perseverancia y la paciencia. Esta longanimidad es nuestra capacidad para mantenernos fieles a lo largo de nuestra vida.
8) Mansedumbre
Las personas tienen intrínsecamente una tendencia a ser rudas, coléricas y vengativas. El Espíritu Santo nos ha dado la virtud moral de ser gentiles y suaves en el comportamiento. De esta bendición sacamos nuestra capacidad de mostrar perdón, y de ser gentiles con los demás.
9) Fe
A través de la gracia divina, somos fieles viviendo nuestra vida de acuerdo con la voluntad de Dios, y comprometiéndonos con las enseñanzas de Jesucristo, las Sagradas Escrituras y la Iglesia católica.
10) Modestia
Internamente esto significa ser humildes de nosotros mismos y puros de pensamientos. Reconociendo que nuestros éxitos, logros, talentos y méritos, son todos verdaderos dones de Dios.
Externamente esto significa vestirnos adecuadamente para ocultar nuestra desnudez, hablar sin regodearnos ni jactarnos, y no actuar de manera impropia de un seguidor de Cristo.
11) Continencia
Es ejercer el autocontrol y la moderación de todas las cosas. Al superar y resistir las tentaciones de carácter sexual u otros apetitos dudosos, estamos haciendo la voluntad de Dios. Esto no significa negarse a sí mismo de lo necesario, sino limitar los deseos, a lo que es un comportamiento o nivel de indulgencia apropiado.
12) Castidad
La sumisión de los deseos físicos o sexuales. Esto significa abstenerse de la actividad sexual antes del matrimonio, así como permanecer fiel a su cónyuge y no participar en actividades sexuales con otra pareja. Un sacerdote o un laico religioso/consagrado se entregará plenamente a Dios. Dependiendo de la interpretación de su fe particular, a algunos sacerdotes se les permite casarse y tener hijos, mientras que a otros se les exige una vida de celibato.
Los 7 Dones del Espíritu Santo
1) Sabiduría
El don de saber distinguir el bien del mal, y de qué elecciones hacer en la vida para vivir una vida santa y evitar salirse del camino de Dios.
2) Entendimiento
El don de la Tolerancia, la simpatía y la compasión hacia los demás. El don nos permite comprender, y captar los significados detrás de las enseñanzas de la Iglesia, y de cómo ayudar a otros en necesidad.
3) Consejo
El don de Juicio, Prudencia y Guía. Con el consejo viene el conocimiento necesario para guiarnos a nosotros mismos y a los demás a seguir las enseñanzas de la Iglesia y a hacer la voluntad de Dios. Esto nos ayuda a tomar las decisiones correctas a la hora de tomar decisiones para vivir una vida fiel a Jesucristo.
4) Fortaleza
El don de Fortaleza y Coraje que nos ayuda a defender nuestra fe en Cristo, y a sufrir y soportar la persecución y los obstáculos que puedan impedirnos practicar nuestra fe.
5) Conocimiento
El don de la Ilustración que nos permite elegir el camino correcto que nos llevará a Dios. También nos anima a guiar a los demás y a evitar los obstáculos que puedan alejarnos de Él.
6) Piedad
El don de la Reverencia y la Confianza en Dios, nos llena del amor, y anhela con alegría servir a Dios y a la Iglesia, y nos permite verlo en todos los acontecimientos a través de una vida santa de oración y devoción.
7) Temor del Señor
El don de la Maravilla y el Respeto nos anima a tener un temor amoroso hacia Dios. Nuestro temor al Señor no tiene que ver tanto con el miedo al castigo eterno por nuestros pecados, sino más bien con el miedo a ofenderlo o desagradarlo como si fuera un padre amoroso.