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Estrés

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¿Sientes que tienes demasiadas presiones y exigencias? ¿Las preocupaciones por las evaluaciones y el trabajo escolar te impiden dormir? ¿Comes a las corridas porque tienes un horario demasiado ajustado?

No estás solo. Todos se sienten estresados en algún momento: los adultos, los adolescentes e incluso los niños. Pero puedes evitar estresarte demasiado si manejas las presiones y los problemas de todos los días, mantienes la calma, pides ayuda cuando la necesitas y te tomas el tiempo necesario para relajarte.

¿Qué es el estrés?

El estrés es una respuesta a una presión o a una amenaza. Cuando estás bajo estrés tal vez te sientas tenso, nervioso o al borde de un ataque de nervios. La respuesta del estrés también es física. El estrés provoca una inyección de una hormona llamada adrenalina que afecta temporalmente al sistema nervioso. Como resultado, cuando estás nervioso o estresado, tal vez sientas que tu ritmo cardíaco y tu respiración se aceleran, te sudan las palmas de las manos o te tiemblan las rodillas.

La respuesta del estrés también recibe el nombre de respuesta de lucha o huida. Se trata de una respuesta automática que nos prepara para enfrentar un peligro.

Pero no es necesario que una situación sea físicamente riesgosa para activar la respuesta del estrés. Las presiones de todos los días también la pueden activar. Por ejemplo, tal vez sientas estrés antes de rendir un examen o de dar una presentación en clase, enfrentarte a un contrincante en un deporte o de salir a un escenario.

Incluso en estas situaciones (que obviamente no ponen en riesgo tu vida), la respuesta del estrés se activa para ayudarte a tener un buen desempeño bajo presión. Te puede ayudar a estar a la altura de un desafío y de hacerlo en estado de alerta, concentrado y fuerte. Enfrentar estos desafíos (en lugar de alejarnos de ellos) forma parte del aprendizaje y el crecimiento.

Cuando el desafío desaparece, la respuesta del estrés disminuye. Puedes relajarte y recargarte, y estar preparado para un nuevo desafío.

Cuando el estrés no disminuye

El estrés no siempre ocurre como respuesta a cosas que son inmediatas y terminan rápidamente. Los eventos continuos o a largo plazo, como afrontar un divorcio o mudarse a un nuevo vecindario o una nueva escuela también pueden causar estrés.

Las situaciones estresantes a largo plazo pueden producir estrés duradero y de bajo nivel que puede hacer que una persona se sienta cansada o abrumada. Encontrar maneras de afrontar una situación difícil puede prevenir que ocurra esto y aliviar el estrés. A veces, las personas necesitan ayuda con las situaciones complejas que provocan un estrés intenso o duradero.

Mantener el estrés bajo control

A continuación, encontrarás recomendaciones que pueden ayudarte a mantener el estrés bajo control:

  • Asegúrate de no sobrecargarte de actividades. Si sientes que debes esforzarte demasiado, considera quitar una o dos actividades, y elegir solo las que consideras más importantes.
  • Sé realista. No intentes ser perfecto. Nadie lo es. No te presiones innecesariamente. Si necesitas ayuda con el trabajo escolar o para afrontar una pérdida, pídela.
  • Descansa bien por la noche. Dormir lo suficiente ayuda a mantener en forma el cuerpo y la mente, y esto hará que estés mejor equipado para enfrentar cualquier elemento estresante negativo. Como el «reloj» biológico se desplaza durante la adolescencia, muchos adolescentes prefieren quedarse despiertos hasta más tarde y dormir un poco más por la mañana. Pero si te quedas despierto hasta tarde y tienes que levantarte temprano para ir a la escuela, es posible que no tengas todas las horas de sueño que necesitas.
  • Aprende a relajarte. El antídoto natural del cuerpo contra el estrés recibe el nombre de respuesta de relajación. Es lo opuesto al estrés y es una sensación de calma y bienestar. Puedes activar la respuesta de relajación simplemente relajándote. Aprende y practica ejercicios sencillos de respiración, después úsalos cuando te enfrentes a situaciones estresantes.
  • Hazte un tiempo para divertirte. Reserva tiempo en tu horario para las actividades que disfrutas: leer un buen libro, jugar con tu mascota, reírte, dedicarte a un pasatiempo, dedicarte al arte o la música, pasar tiempo con personas positivas o disfrutar de la naturaleza.
  • Trata bien a tu cuerpo. Haz ejercicio físico regularmente y come bien para ayudar a tu cuerpo a funcionar correctamente. Cuando estás estresado, es fácil comer a las apuradas o comer comida chatarra. Pero es especialmente en las situaciones estresantes que necesitas una buena nutrición.
  • Busca el lado positivo. Tus perspectivas, tus pensamientos y tu actitud modifican la manera en la que ves las cosas. ¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío? Una dosis saludable de optimismo puede ayudarte a sacar lo mejor de las circunstancias estresantes e incluso a reconocer algo que has aprendido de la situación.
  • Resuelve los pequeños problemas. Actúa para solucionar tus problemas. Por ejemplo, si estás estresado por los deberes, enfrenta la situación y piensa de qué manera podrías manejarla mejor.
  • Construye relaciones positivas. Saber que hay personas que creen en nosotros mejora nuestra capacidad para enfrentarnos a los desafíos. Pide ayuda y apoyo cuando lo necesites. Comparte lo que estás atravesando; incluidas las cosas positivas que están ocurriendo.

Puedes hacer algo para manejar el estrés que acompaña a cualquier nuevo desafío, tanto positivo como negativo. Las habilidades de manejo del estrés te serán más útiles si las practicas con tiempo, no solo cuando sientes la presión. Saber cómo «desestresarte» y calmarte te puede ayudar a atravesar las circunstancias que representan un desafío.

Revisado por: D’Arcy Lyness, PhD
Fecha de revisión: enero de 2017

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