¿Existe una cuarta dimensión?

Estamos familiarizados con las tres dimensiones, en las que sólo tres números son suficientes para precisar nuestra ubicación: longitud, latitud y altitud. También estamos rodeados de objetos tridimensionales que describimos mediante la longitud, la anchura y la altura. Durante miles de años, la existencia de una cuarta dimensión se ha considerado ridícula. Después de todo, ¿qué podría describir?

Pero a mediados del siglo XVIII, el matemático francés Jean le Rond d’Alembert señaló que la cuarta dimensión podría ser el tiempo. Esta sugerencia no se tomó en serio hasta el siglo XX, cuando Albert Einstein propuso una nueva descripción del Universo basada no sólo en la ubicación, sino en los acontecimientos, cada uno de los cuales se describe con cuatro números: tres para el lugar en el que se producen y uno para el momento en el que se producen.

Pensar en el Universo como un «espacio-tiempo» cuatridimensional resultó ser increíblemente poderoso y condujo a una gran cantidad de conocimientos sobre el Universo y las fuerzas que actúan en él. Por ejemplo, según Einstein, la gravedad se entiende mejor como el resultado de la deformación del espacio-tiempo por la materia.

Estas ideas han llevado a los teóricos a investigar la idea de más dimensiones -en algunas teorías, hasta seis dimensiones extra, de alguna manera demasiado pequeñas para observarlas directamente. De ser ciertas, estas teorías sugieren que los indicios de las dimensiones extra podrían revelarse como nuevas partículas subatómicas en el Gran Colisionador de Hadrones. Hasta la fecha, sin embargo, no hay rastro de ellas.

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