Feminismo radical
En 1979 se publicó The Transsexual Empire: The Making of the She-Male, un libro de una feminista radical llamada Janice Raymond, fue publicado. En el libro Raymond decía que todas las mujeres trans «violan los cuerpos de las mujeres reduciendo la forma femenina real a un artefacto, apropiándose de este cuerpo para sí mismas.» La conferencia RadFem2012 no dejó entrar a las mujeres trans. Las feministas radicales pueden llamarse a sí mismas «transcríticas» o «críticas de género».
Otra razón por la que a la gente no le gusta el feminismo radical es porque pueden pensar que las feministas radicales son «odiadoras de hombres». Esto se debe a una autora llamada Valerie Solanas. En 1967 Valerie Solanas escribió el Manifiesto SCUM. SCUM era la Sociedad para Cortar a los Hombres. En él escribió que las mujeres deberían deshacerse del sexo masculino. Solanas intentó matar a Andy Warhol. También disparó a Mario Amaya.
El feminismo radical ha sido criticado por ser antisexo. Un ejemplo de ello es la obra de Andrea Dworkin. Andrea Dworkin publicó un libro en 1987 llamado Intercourse. En el libro escribió sobre cómo el sexo heterosexual y la pornografía son opresivos para las mujeres. A menudo se piensa que Intercourse sostiene que «todo el sexo heterosexual es una violación», aunque Andrea Dworkin no dijo esto. Dworkin escribió dos libros contra la pornografía, Pornography – Men Possessing Women y Pornography and Civil Rights: Un nuevo día para la igualdad de las mujeres.
Las feministas radicales han sido criticadas por las trabajadoras del sexo que no quieren perder sus empleos. Las trabajadoras sexuales pueden estar en desacuerdo con las feministas radicales que dicen que si te pagan por tener sexo entonces es una violación. Las feministas radicales que están en contra del trabajo sexual son a veces llamadas SWERF (Feministas Radicales Exclusivas del Trabajo Sexual).