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Fracturas de tibia y peroné

¿Qué son las fracturas de tibia y peroné?

La tibia y el peroné son huesos de la parte inferior de la pierna. La tibia, el mayor de los dos huesos, es el hueso de la espinilla y se encuentra en la parte delantera de la pierna, mientras que el peroné se conoce como el hueso de la pantorrilla y se encuentra junto a la tibia en la parte exterior de la parte inferior de la pierna.

La tibia es el hueso largo del cuerpo que se fractura con más frecuencia (los huesos largos también incluyen el fémur, el peroné y el húmero). Las fracturas de peroné suelen manifestarse como fracturas de tobillo.

Síntomas

Los síntomas de una fractura de la parte inferior de la pierna incluyen:

  • El hueso asoma a través de la piel, en el caso de una fractura compuesta
  • Dificultad o incapacidad para soportar peso
  • Instabilidad de la pierna
  • Dolor
    • Causas

      Una fractura de peroné o de tibia puede producirse de dos maneras: o un traumatismo de alta energía como un accidente de coche, o un evento de baja energía como una caída o una lesión deportiva. Los atletas que practican deportes con mucha torsión o corte, como el baloncesto o el tenis, son especialmente propensos a las fracturas de tibia y peroné.

      Diagnóstico

      El médico suele empezar con una historia clínica para conocer la lesión sufrida y cualquier otro problema médico, y luego buscar los signos y síntomas de una fractura. Una radiografía puede detectar la presencia de una fractura y su gravedad, y una tomografía computarizada (TC) puede mostrar si hay algún daño en las articulaciones de la rodilla o del tobillo.

      Tratamiento

      Una fractura de peroné o de tibia puede tratarse a menudo con medidas conservadoras. Estas suelen incluir la inmovilización con una escayola o férula para permitir que la fractura se cure por sí sola.

      La cirugía puede ser necesaria si la fractura no responde a la inmovilización, si se trata de una fractura desplazada o si el lugar de la fractura tiene varios fragmentos de hueso. El cirujano utiliza placas, tornillos o barras para mantener unidas las partes rotas del hueso. Esta tornillería puede ser interna (bajo la piel) o externa, por ejemplo, unida a una barra fuera de la piel.

      Recuperación

      La recuperación de una fractura de peroné puede llevar seis semanas o más. Una fractura de tibia se recupera aún más lentamente: de cuatro a seis meses o más. Para controlar el dolor, pueden recetarse opioides o antiinflamatorios.

      La rehabilitación y la fisioterapia (PT) son partes importantes de la curación de una fractura de tibia o peroné. La fisioterapia se centra en ejercicios diseñados para aumentar la amplitud de movimiento y la fuerza de los músculos y tejidos alrededor de la fractura.

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