Herramientas de disciplina: 15 Recordatorios para Disciplinar a sus Adolescentes
Los padres que entran en pánico cuando se trata de disciplinar a sus adolescentes o preadolescentes que quieren abogar por sí mismos pueden recurrir a los consejos de los expertos, sólo para encontrar una falta de información útil. Algunos de los mejores artículos son bien intencionados, pero sólo ofrecen conceptos básicos y no técnicas específicas.
Me apasionan las SOLUCIONES.
Aquí están mis «Herramientas de Poder» para establecer una disciplina efectiva en su familia.
15 Herramientas de Disciplina para Familias
Imponer la disciplina sin ira.
Su enfoque es clave a la hora de disciplinar a su adolescente o preadolescente. Imponga la disciplina de una manera empresarial, sin exaltarse. Sus hijos adolescentes son niños y fallarán. ¿Recuerda haber limpiado sus cacas? No te enfadaste con ellos, simplemente hiciste tu trabajo de padre. Pues lo mismo ocurre a esta edad, sólo que ahora sus cacas son diferentes. Como padre, limpia el desorden que hacen, de forma profesional, y sigue adelante.
No grites.
Una vez que gritas, pierdes inmediatamente.
La disciplina tiene que doler.
Las consecuencias deben doler. Los padres suelen imponer consecuencias que tienen muy poco efecto en sus hijos. La mejor práctica es quitarles algo que realmente vayan a echar de menos: los móviles, el novio/a, las salidas, el ordenador, los videojuegos. Y no dejes que te engañen con que «necesito el ordenador para el colegio». Hay formas de evitarlo.
Lleva el castigo hasta el final.
No cambies el castigo una vez que lo hayas establecido. Gánate el respeto, sé firme y asegúrate de que te escuchen. Puede que te des cuenta de que te has equivocado y has puesto un castigo demasiado duro. Te recomiendo que sigas cumpliendo el castigo y te disculpes. Ambos pueden aprender de esto.
Está presente.
No des consecuencias desde lejos (al otro lado de la casa, gritando desde otra habitación, etc.). Acércate a tus hijos. Si les has pedido varias veces que apaguen la televisión, ponte delante de ella. Sea firme y esté allí mismo. Pero, mantén tu actitud de «enseñar», no de castigar o de ser malo.
No pelees.
La disciplina no es una negociación. Menos palabras funcionan mejor a la hora de disciplinar a tu hijo adolescente. Si se convierte en una negociación, ellos ganarán siempre porque este es su único foco de atención, mientras que tú tienes varias otras cosas de la vida adulta en nuestra mente.
Haz un frente común (con tu pareja, cónyuge, copadre).
Si no estáis de acuerdo con las decisiones del otro, hacedlo a puerta cerrada, no delante del preadolescente o sobre la marcha.
Sea oportuno.
Ponga la consecuencia lo más cerca posible de la ofensa, PERO no se precipite en la decisión. Tómese su tiempo – una cantidad razonable de tiempo.
Elija cuidadosamente.
Elija sus batallas sabiamente. Decide las cosas en las que vas a mantenerte firme. Hay cosas por las que no vale la pena estresarse.
Termine cualquier discusión que sea irrespetuosa.
Simplemente aléjese. Recuerde: ellos quieren algo de usted. Poner fin a la conversación les quita la razón.
Establezca reglas en el hogar.
Establezca reglas, pero sea razonable. Su hijo preadolescente necesita saber qué esperar o cómo comportarse de la manera que usted desea.
12, Sea coherente.
Dé las mismas consecuencias para las mismas acciones. Sólo aumente las consecuencias, no las reduzca.
Comuníquese.
Asegúrese de ser claro y de que le entiendan.
Tenga paciencia.
Un adolescente puede encogerse de hombros y actuar como si las consecuencias previstas no le afectaran. Sólo están tratando de despistar. Mantenga el rumbo.
Baje sus expectativas.
No va a ver una epifanía cada vez. Los niños son un trabajo en progreso y no van a rendir como los adultos, así que no esperes eso de ellos.
En última instancia se trata de APRENDER. Asegúrese de combinar la disciplina con una lección sobre cómo hacer las cosas mejor. Vincule la consecuencia a la acción específica que hizo el preadolescente/adolescente.
Recuerde el punto anterior: su cerebro no comprenderá una consecuencia que intente abordar la totalidad de su comportamiento. Y al disciplinar a su hijo adolescente o preadolescente, asegúrese de enseñarle cómo podría haber hecho las cosas de otra manera.