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Historia de los abalorios de Mardi Gras

Los abalorios de Mardi Gras se han popularizado por su uso generalizado el Martes Gordo en Nueva Orleans. Cada año, multitudes de personas hacen cola para hacerse con tantos collares de cuentas como sus cuellos puedan soportar. Pero, ¿dónde comenzó todo este entusiasmo? ¿Por qué los collares de Mardi Gras son una parte esencial de la celebración de Bourbon Street?

Se cree que los desfiles de Mardi Gras comenzaron en Nueva Orleans en algún momento de la década de 1830. Estos desfiles suelen desarrollarse durante toda la temporada de Carnaval, que comienza oficialmente el 6 de enero (la duodécima noche de Navidad). La temporada de carnaval termina el Martes Gordo, el día anterior al inicio de la Cuaresma. En 1872, un grupo de empresarios inventó un Rey del Carnaval llamado Rex. Junto a la gente de los desfiles (que iban vestidos como aristócratas de clase alta), Rex lanzaba almendras recubiertas de azúcar a la multitud. Estos «lanzamientos» del Mardi Gras eran similares a las costumbres festivas de la época del Renacimiento inglés.

A finales del siglo XIX, las cuadrillas de los desfiles empezaron a lanzar a la multitud collares baratos hechos con cuentas de cristal. Las cuentas fueron un éxito inmediato entre la multitud de residentes de Nueva Orleans y los turistas que visitaban el Mardi Gras. Se cree que un hombre disfrazado de Papá Noel fue la primera persona en un desfile de Nueva Orleans que utilizó las cuentas en su disfraz. Otros turistas no tardaron en seguir su ejemplo y empezaron a adornarse con los collares de cuentas.

En 1900, más de 100.000 turistas viajaron a Nueva Orleans para participar en la celebración y conseguir algunas de sus propias cuentas de Mardi Gras. A lo largo de los años, también se han repartido otros recuerdos de Mardi Gras a la multitud durante los desfiles, como vasos de plástico, juguetes, frisbees, figuritas y doblones.

A finales de los años 70, un grupo conocido como «Zulu» repartía cocos a la multitud en los desfiles de Mardi Gras. Sin embargo, esta práctica duró poco debido al temor de que los cocos fueran arrojados a la multitud. Zulu se defendió alegando que no era responsable de que las cuentas fueran arrojadas a la multitud. En 1988, el gobernador de Luisiana, Edwin Edwards, promulgó una ley sobre los cocos. Este proyecto de ley establecía que se podían repartir cocos a la multitud con las cuentas durante el Mardi Gras.

A pesar de todos estos otros recuerdos, los collares de cuentas siguen siendo la baratija más popular que se reparte durante la celebración. Hoy en día, las cuentas de Mardi Gras se pueden encontrar en varios tamaños, formas y colores. El tamaño más popular hoy en día es de unos treinta y tres centímetros de largo. Además, ahora se fabrican con materiales más baratos y seguros, como el plástico y el aluminio, en lugar de vidrio. Las cuentas tradicionales del Mardi Gras son de color morado, verde y dorado. El púrpura simboliza la justicia; el verde representa la fe; y el dorado significa el poder.

Si vas a participar en el carnaval de Mardi Gras este año o vas a organizar tu propia fiesta de Mardi Gras, ¡asegúrate de conseguir muchas cuentas de colores!

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