Joaquín Guzmán
Joaquín Guzmán, en su totalidad Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, apodado El Chapo («Chapo»), (nacido en 1954/57?, La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, México), jefe del cártel de la droga de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas de México desde finales del siglo XX.
Guzmán nació y creció en el municipio de Badiraguato, una zona empobrecida y remota del estado de Sinaloa, en el noroeste de México, que fue cuna de muchos notorios narcotraficantes. Comenzó su carrera delictiva en la década de 1980 como miembro del cártel de la droga de Guadalajara, dirigido por Miguel Ángel Félix Gallardo. Guzmán ascendió rápidamente en el escalafón de la organización. Cuando ésta se disolvió a finales de la década de 1980, se convirtió en líder del cártel de Sinaloa. Bajo su dirección, el cártel de Sinaloa desarrolló técnicas y estrategias creativas de contrabando, como la construcción de túneles con aire acondicionado bajo la frontera entre México y Estados Unidos, la ocultación de la droga en latas de chile y extintores, y la catapulta de la droga por la frontera. Su organización producía y contrabandeaba diversos tipos de drogas ilícitas, como marihuana, heroína, cocaína y metanfetamina.
En 1993 Guzmán fue detenido en Guatemala y extraditado a México. Allí fue juzgado y absuelto de los cargos de asesinato, pero declarado culpable de tráfico de drogas y posesión de armas de fuego, y finalmente fue condenado a más de 20 años en una prisión de máxima seguridad. Sin embargo, a cambio de sobornos, las autoridades penitenciarias le concedieron amplias libertades y le permitieron seguir dirigiendo la organización criminal. Según varias fuentes, se convirtió en jefe del cártel en 1995. En 2001 se fugó con la ayuda de guardias de prisión corruptos. Una investigación posterior condujo a la detención por cargos de corrupción de muchos empleados de la prisión, incluido su director.
A principios del siglo XXI, se creía que Guzmán era responsable de la mayor parte del tráfico de marihuana y cocaína de Colombia y México a Estados Unidos y que era el mayor contrabandista de metanfetamina en el triángulo Asia-México-Estados Unidos (en el que la metanfetamina se producía en México con productos químicos de fabricación asiática y luego se introducía de contrabando en Estados Unidos). La revista Forbes estimó su patrimonio neto en 1.000 millones de dólares en 2009, y algunas cuentas sitúan los ingresos anuales de su cártel en 3.000 millones de dólares. En México, la fama de Guzmán se elevó al nivel de folclore: fue glorificado por algunos como un héroe del pueblo, y la historia de su vida fue musicalizada en muchos narcocorridos populares.
El gobierno de Estados Unidos llegó a considerar a Guzmán como un objetivo prioritario en su guerra contra las drogas. En 2004 el gobierno estadounidense anunció una recompensa de 5 millones de dólares por información que condujera al arresto de Guzmán por cargos federales de drogas. En 2012, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que calificó a Guzmán como «el narcotraficante más poderoso del mundo», invocó la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico para congelar los activos estadounidenses de los miembros de su familia.
En la primera década del siglo XXI, el cártel de Sinaloa libró sangrientas batallas con los cárteles rivales y las autoridades policiales mexicanas que se cobraron la vida de decenas de miles de personas. En 2006, una ofensiva a gran escala contra los cárteles de la droga por parte del ejército mexicano se saldó con la detención de muchos traficantes, pero no logró destruir los principales cárteles ni capturar a Guzmán. Tras pasar años escondido, Guzmán fue detenido en Mazatlán (México) en febrero de 2014. Su arresto fue el resultado de una operación de semanas de duración por parte de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y los marinos mexicanos.
La noche del 11 de julio de 2015, Guzmán volvió a escapar de la custodia, huyendo de la prisión de máxima seguridad del Altiplano, cerca de Toluca, a través de un pozo debajo de la ducha de su celda hasta un túnel de más de 1,5 km de largo que conducía a una casa en una obra. El túnel de aproximadamente 1,7 metros de altura, reforzado con madera, por el que huyó Guzmán, tenía iluminación y ventilación, lo que indica que había estado en obras durante algún tiempo. (Al parecer, se había utilizado una motocicleta dentro del túnel durante su excavación para remover la tierra). Se organizó una persecución masiva, y casi inmediatamente se plantearon preguntas sobre la posibilidad de complicidad oficial en la fuga, lo que supuso un gran golpe para el presidente Enrique Peña Nieto, que había hecho de la lucha contra los cárteles de la droga una piedra angular de su nueva administración y que había pregonado la captura de Guzmán como un triunfo fundamental. El 8 de enero de 2016, se anunció que Guzmán había sido capturado en Los Mochis, Sinaloa, tras un tiroteo. Al año siguiente fue extraditado a Estados Unidos, donde se le acusó de varios delitos, entre ellos narcotráfico, lavado de dinero y conspiración de asesinato. Su juicio comenzó en noviembre de 2018 en medio de una intensa seguridad. En febrero de 2019 fue declarado culpable de todos los cargos que se le imputaban, y cinco meses después fue condenado a cadena perpetua.