La única prueba que su médico no le hace y que podría salvarle la vida

La resistencia a la insulina no se produce de la noche a la mañana. Cuando la mayor parte de su dieta incluye calorías vacías y una abundancia de azúcares de rápida absorción, calorías líquidas y carbohidratos como el pan, la pasta, el arroz y las patatas, sus células se vuelven lentamente resistentes a los efectos de la insulina.

Su cuerpo exige cada vez más insulina para hacer el mismo trabajo de mantener el azúcar en la sangre uniforme. Con el tiempo, sus células se vuelven resistentes a la llamada de la insulina, dando lugar a la resistencia a la insulina.

Cuanto más altos sean sus niveles de insulina, peor será su resistencia a la insulina. Su cuerpo comienza a envejecer y deteriorarse. De hecho, la resistencia a la insulina es el fenómeno más importante que conduce a un envejecimiento rápido y prematuro y a todas las enfermedades resultantes, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la demencia y el cáncer.

La resistencia a la insulina y el síndrome metabólico resultante suelen venir acompañados de un aumento de la obesidad central, fatiga después de las comidas, antojos de azúcar, triglicéridos altos, HDL bajo, presión arterial alta, problemas de coagulación de la sangre, así como un aumento de la inflamación.

Incluso sin estas señales de advertencia, una prueba puede determinar los niveles altos de insulina años o incluso décadas antes de que se desarrolle la diabetes. La detección temprana puede ayudarle a revertir estos síntomas, sin embargo, los médicos rara vez utilizan esta prueba crucial que puede detectar niveles altos de insulina.

Por qué los médicos pasan por alto la señal de advertencia inicial de la resistencia a la insulina

Los médicos han sido entrenados para medir el azúcar en sangre en ayunas de una persona, o los niveles de glucosa presentes en su sangre, al menos ocho horas después de su última comida. La mayoría no expresa su preocupación hasta que los resultados muestran niveles de azúcar en sangre que alcanzan los 110 mg/dl. Es entonces cuando empiezan a «vigilarlo». Entonces, una vez que el azúcar en sangre alcanza los 126 mg/dl, el médico le diagnosticará diabetes y le pondrá medicación.

Lo importante es tener en cuenta que el azúcar en sangre es lo último que aumenta… por lo que para muchas personas, un análisis de glucosa en ayunas detecta la diabetes demasiado tarde. Mucho antes de que suba el azúcar en sangre, la insulina se dispara. Los niveles altos de insulina son el primer signo que puede preceder a la diabetes de tipo 2 durante décadas, El daño comienza incluso con ligeros cambios en la insulina y el azúcar en sangre.

Una prueba de tolerancia a la glucosa de dos horas puede ayudar a detectar los niveles altos de insulina. Esta prueba mide no sólo la glucosa sino también los niveles de insulina, y sin embargo los médicos rara vez la solicitan. En su lugar, no suelen expresar su preocupación hasta que el nivel de azúcar en sangre supera los 110 o, peor aún, los 126, lo que constituye la diabetes.

Muchos de mis pacientes tienen niveles normales de azúcar en sangre pero niveles muy elevados de insulina y otros signos de prediabetes, y sin embargo, cuando vienen a verme no se les ha diagnosticado prediabetes.

Incluso cuando tienen un nivel de azúcar en sangre superior a 100 mg/dl y un resultado de la prueba de tolerancia a la glucosa en dos horas superior a 140 mg/dl, el 90 por ciento de los pacientes que presentan estas condiciones no han sido diagnosticados. Esto se debe a que los médicos no miden la insulina.

Piense en esto. La resistencia a la insulina contribuye a la mayoría de las enfermedades crónicas en Estados Unidos, un país con una atención sanitaria de renombre mundial, y sin embargo el 90 por ciento de las personas que presentan esta condición no han sido diagnosticadas. Una prueba podría cambiar todo eso.

Recomiendo la realización de pruebas tempranas para todo el mundo:

• Mayores de 50 años
• Con antecedentes familiares de diabetes tipo 2
• Con aumento de peso abdominal central o colesterol anormal
• Con cualquier riesgo de resistencia a la insulina (incluso los niños)

Pida a su médico una prueba de desafío a la insulina de 2 horas. Esta prueba debe realizarse en ayunas, comprobando los niveles de azúcar en sangre y de insulina en ayunas, y luego de nuevo a intervalos de una y dos horas.

Sus niveles de azúcar en sangre deben ser inferiores a 80 mg/dl en ayunas y nunca deben subir por encima de 110 o 120 mg/dl después de los controles de una y dos horas. Su insulina debe ser inferior a 5 uIU/mL en ayunas y nunca debe subir por encima de 30 uIU/mL después de los controles de una y dos horas.

Si sus resultados muestran una insulina elevada, debe eliminar las cosas que están desequilibrando su biología e incluir lo necesario para ayudar a su cuerpo a reequilibrarse. Estas ocho intervenciones pueden llegar a ser extraordinariamente poderosas para normalizar la insulina:

1. Come alimentos enteros y frescos. Los alimentos son la información que controla tu expresión genética, tus hormonas y tu metabolismo. Elija alimentos reales de bajo índice glucémico que incluyan verduras frescas, frutas, legumbres, cereales sin gluten, frutos secos, semillas y proteínas animales de alta calidad.
2. Elimine todos los edulcorantes. Lejos del pase libre que algunas personas consideran, los edulcorantes artificiales pueden aumentar los niveles de insulina y contribuir a la resistencia a la insulina. Un estudio publicado en la revista Diabetes Care descubrió que la sucralosa (Splenda) podría elevar los niveles de glucosa e insulina. Abandone el azúcar, pero también la estevia, el aspartamo, la sucralosa, los alcoholes del azúcar como el xilitol y el maltitol, y todos los demás edulcorantes muy utilizados y comercializados, a menos que quiera ralentizar su metabolismo, ganar peso y aumentar la resistencia a la insulina. Muchos de nosotros hemos perdido el contacto con lo que constituye el «dulce», y tenemos que volver a entrenar nuestras papilas gustativas para apreciar el dulzor natural de, por ejemplo, la vainilla natural o las almendras tostadas.
3. Controlar la inflamación. Los azúcares dietéticos de todo tipo y los aceites vegetales refinados son los que más contribuyen a la inflamación. Aumentan los niveles de insulina y activan los genes que conducen a la inflamación crónica, creando una espiral descendente hacia más inflamación, mal control del azúcar en la sangre y enfermedades crónicas. Además de eliminar los alimentos perjudiciales, hay que tratar las sensibilidades y alergias alimentarias para controlar la inflamación. Incorpore un montón de alimentos antiinflamatorios, incluyendo el pescado salvaje, las semillas de lino recién molidas y el aceite de pescado.
4. Aumente los alimentos ricos en fibra. Mientras que nuestros antepasados paleolíticos tomaban entre 50 y 100 gramos de fibra al día, ahora tenemos una media de menos de 15 gramos. Los estudios demuestran que los alimentos ricos en fibra pueden ser tan eficaces como los medicamentos para la diabetes para reducir el azúcar en la sangre sin los efectos secundarios. La fibra retrasa la absorción de azúcar en el torrente sanguíneo desde el intestino. Coma una amplia variedad de alimentos vegetales ricos en fibra, como frutos secos, semillas, frutas, verduras y legumbres.
5. Duerma lo suficiente. Un estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism descubrió en sujetos sanos que incluso una noche parcial de sueño insuficiente contribuye a la resistencia a la insulina. Haga del sueño una prioridad absoluta para normalizar los niveles de insulina. Evite comer tres horas antes de acostarse y tome un UltraBath para elevar su temperatura corporal y relajar sus músculos. Acuéstese y levántese a horas constantes, utilice la cama sólo para dormir y tener relaciones sexuales, y pruebe con terapias de hierbas o melatonina si es necesario.
6. Aborde las deficiencias de nutrientes. Una serie de nutrientes juegan un papel en la gestión de la insulina, incluyendo la vitamina D, el cromo, el magnesio y el ácido alfa lipoico. Las deficiencias de cualquier nutriente pueden paralizar su maquinaria bioquímica, desequilibrando sus niveles de azúcar en sangre y haciéndole más resistente a la insulina.
7. Incorpore el ejercicio adecuado. El ejercicio podría ser la medicina más poderosa para controlar los niveles de azúcar en la sangre y hacer que sus células sean más sensibles a la insulina. Cuando se trata de hacer ejercicio, el tiempo se convierte en un gran obstáculo para muchas personas. Por eso recomiendo el entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT), también llamado entrenamiento en ráfagas, que se puede hacer en sólo unos minutos al día. Un estudio publicado en el Journal of Obesity descubrió que, entre otros beneficios, el entrenamiento en ráfagas ayuda a reducir la insulina en ayunas y la resistencia a la insulina. La combinación del entrenamiento en ráfagas con la resistencia al peso proporciona la forma más eficaz y eficiente de normalizar los niveles de azúcar e insulina en sangre.
8. Controlar los niveles de estrés. El estrés crónico eleva el cortisol, su principal hormona del estrés. El aumento de los niveles de cortisol eleva el azúcar en la sangre y promueve la acumulación de grasa del vientre que veo comúnmente en pacientes con resistencia a la insulina o diabetes. No puedes eliminar el estrés, pero puedes reducir su impacto. Encuentre lo que funciona para usted. Eso podría ser la meditación, el yoga, la respiración profunda o el ejercicio.

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