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La depresión después de un aborto espontáneo puede persistir

3 de marzo de 2011- Los sentimientos de depresión y ansiedad tras un aborto espontáneo pueden durar casi tres años después del nacimiento de un bebé sano, según un nuevo estudio publicado en el British Journal of Psychiatry.

«Los proveedores de salud y las propias mujeres piensan que una vez que tienen un bebé sano después de una pérdida, todo estaría bien y que cualquier ansiedad, miedo o depresión desaparecería, pero simplemente no es el caso», dice la investigadora del estudio Emma Robertson Blackmore, PhD, profesora asistente de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de Rochester. «Sinceramente, pensé que una vez que la mujer tuviera un bebé o hubiera superado la etapa de su pérdida anterior, la ansiedad y la depresión desaparecerían, pero estos sentimientos persisten».

De las 13.133 mujeres embarazadas estudiadas, el 21% había experimentado uno o más abortos espontáneos anteriores, 108 tenían un mortinato anterior y tres mujeres tenían dos mortinatos anteriores. A todas las mujeres del estudio se les evaluó la depresión y la ansiedad durante el embarazo y después de tener a sus bebés.

Entre las mujeres que habían tenido un aborto espontáneo o un mortinato anterior, el 13% seguía experimentando síntomas de depresión casi tres años después, y alrededor del 19% de las mujeres que habían tenido dos pérdidas de embarazo anteriores seguían deprimidas después de 33 meses, según mostró el estudio.

Se desconocen los rasgos que pueden proteger a algunas mujeres de desarrollar una depresión o ansiedad persistente tras un aborto espontáneo o un parto de mortinato, afirma Blackmore. «Podría ser biológico o que son más resistentes o tal vez tienen más apoyo de sus compañeros».

La historia de la pérdida del embarazo puede ser un factor de riesgo para la depresión posparto de forma similar a otros factores de riesgo conocidos, como los antecedentes personales o familiares de depresión, escriben los investigadores.

La depresión o la ansiedad pueden tener consecuencias negativas para las mamás y sus recién nacidos. «Identificar a las mujeres en riesgo puede ayudar a que reciban la ayuda que necesitan», dice Blackmore.

«No asuma que tener un bebé sano resolverá su ansiedad y depresión previas, y esté atenta a las señales», dice.

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