Nacida el 2 de junio, 1731, Martha Dandridge fue criada por una familia prominente en el condado de New Kent, Virginia. Se le enseñó a leer y escribir a una edad temprana, lo que se convirtió en una pasión de por vida por todo tipo de literatura, como novelas, revistas y escrituras. Como miembro de la clase de los plantadores, Martha también aprendió las costumbres y la etiqueta necesarias para moverse sin problemas en la sociedad de Virginia.
Los contemporáneos la describen como sincera y atractiva, una combinación única de belleza tranquila y personalidad que atrajo a muchos pretendientes potenciales. Pero fue su adinerado vecino, Daniel Parke Custis, quien ganó su corazón y se casaron el 15 de mayo de 1750. Siete años y cuatro hijos después, Daniel falleció a la edad de 45 años, convirtiendo a Martha no sólo en viuda sino también en la mujer más rica de la colonia de Virginia.
Casi dos años después, Martha Dandridge Custis se casó con George Washington el 6 de enero de 1759. Su relación fue mutuamente beneficiosa; Martha no sólo era excepcionalmente rica, sino que también era eminentemente hábil en la gestión de la plantación, en el mantenimiento de la vasta finca Custis y en la supervisión de las familias esclavizadas de la finca. Las hazañas de George en la Guerra de los Franceses y los Indios le habían convertido en un héroe en las colonias, y su decisión de retirarse del ejército para ocupar su escaño en la Cámara de los Burgueses aumentó aún más su reputación. También existía un afecto creciente entre ambos, que se profundizó con el tiempo a medida que los Washington experimentaban juntos la guerra y la paz.
En una época en la que los viajes de larga distancia eran difíciles y peligrosos, Martha viajó a Cambridge, Valley Forge, Filadelfia y Morristown para apoyar a su marido y a los soldados en sus campamentos de invierno, plagados de enfermedades. Tras su ascenso a la presidencia, se unió a él en Nueva York y posteriormente en Filadelfia. Como primera «primera dama» de nuestra nación, Martha sentó importantes precedentes sociales y políticos al construir el escenario de la hospitalidad presidencial con su calidez y cordialidad. Organizaba recepciones semanales para invitados masculinos y femeninos los viernes por la noche, que solían ser más informales y geniales en comparación con las veladas de los martes del presidente, que eran exclusivamente para hombres.
Tras dejar Filadelfia, George y Martha se retiraron a Mount Vernon, donde pasaron el resto de sus días recibiendo invitados, gestionando la finca y criando a los nietos de Martha. Tras la muerte de George en 1799, Martha quemó su correspondencia privada, como era habitual en aquella época. Menos de tres años después, falleció en Mount Vernon el 22 de mayo de 1802. Aunque sólo sobrevivieron tres de sus cartas, la presencia constante de Martha al lado de George -durante la Revolución Americana, su presidencia y en Mount Vernon- ilumina la reverencia mutua que compartían como la primera pareja de Estados Unidos.
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