Me preocupaba hacer un segundo baby shower
Estuve a punto de no hacer un segundo baby shower.
Nunca había ido a un shower para un segundo bebé. Además, era mi segunda hija y no necesitaba demasiadas cosas. Me preocupaba parecer avariciosa, o que mis amigos y familiares consideraran que una segunda fiesta era superflua. Pero la cuestión es que, para mí, la segunda fiesta no tenía que ver con los regalos: Lo que realmente quería era reunirme con mis amigas para celebrar que había sido madre por segunda vez, y una pequeña fiesta me parecía la mejor manera de hacerlo.
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Todavía indecisa, acabé preguntando a mi amigo más sabio y de confianza, Google, algunas cuestiones:
«¿Es de mala educación hacer una segunda fiesta del bebé?»
«Etiqueta de un segundo baby shower»
«¿Pensarán mis amigos que soy egoísta, avariciosa y necesitada si hago un segundo baby shower?»
Según Google, hay que tener en cuenta un montón de circunstancias especiales. Por ejemplo, una mujer en particular expuso en un tablero de mensajes algunas circunstancias específicas a considerar antes de organizar un segundo baby shower. Según ella, si se trata de tu segundo bebé, si han pasado al menos tres años desde tu último embarazo, si tu segundo bebé es del sexo opuesto al primero, si organizas tu propia fiesta y la llamas «fiesta de bienvenida», y si haces que los regalos sean opcionales, entonces probablemente no sea de mala educación celebrar una segunda fiesta. En cualquier otra circunstancia, parecía que Internet -y las madres de todo el mundo- estaban en desacuerdo con la segunda fiesta del bebé.
Yo no cumplía ninguno de los criterios señalados anteriormente, pero con un empujón extra de mi madre, que se ofreció a organizarme la fiesta, finalmente me decidí a hacerlo. Y estoy muy contenta de haberlo hecho.
Por petición mía, lo hizo muy sencillo. Planificó la fiesta para el final de la mañana, preparó unas cuantas quiches, una ensalada de frutas y una cazuela de tostadas francesas. La lista de invitados fue reducida y mi lista de regalos fue muy pequeña, con sólo un puñado de artículos de precio moderado. La mañana de la fiesta, salí corriendo y cogí unos cuantos ramos de flores de principios de primavera y ayudé a mi madre a hacer unos sencillos arreglos.
La mayoría de mis invitados trajeron ropa o libros para el nuevo bebé, y algunas amigas incluso trajeron pequeños regalos para mi hija mayor. Ese sábado fue un momento muy especial para mí. Me encantó reunir a las personas más importantes de mi vida. Pude tener unas horas de tiempo con mis amigos y familia para celebrarlo antes de que me pillara de nuevo la vida de recién nacida.
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Al final del día, estaba claro… había pensado demasiado si tener una segunda celebración sería percibida como necesitada o innecesaria. Todos los que me cuidan estaban felices por una razón para celebrar una nueva vida conmigo. Ese día, me recordaron cuánto amor y apoyo tengo a mi alrededor y lo bendecida que soy por tener a tanta gente animándome mientras aprendo lo que significa ser una joven mamá de dos hijos.
¿Tuviste una segunda baby shower o sprinkle? ¿Cómo fue la experiencia?
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