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¿Por qué y cómo pican las partes del cuerpo? Por qué se siente bien al rascarse un picor?

El picor, también conocido como prurito, es una sensación general que surge de la irritación de las células cutáneas o de las células nerviosas asociadas a la piel. Aunque puede ser una molestia, el prurito sirve como un importante mecanismo sensorial y de autoprotección, al igual que otras sensaciones cutáneas como el tacto, el dolor, la vibración, el frío y el calor. Puede alertarnos de agentes externos nocivos, pero puede llegar a ser insoportable si no se trata.

El prurito es un síntoma dominante de muchas enfermedades de la piel y también se da en algunas enfermedades que afectan a todo el cuerpo. La sensación de picor en la piel surge debido a la estimulación de los pruriceptores -terminales nerviosas que detectan el picor- por mediadores mecánicos, térmicos o químicos. Estos incluyen:

  • Sustancias químicas para la respuesta inmunitaria (histaminas) y el alivio del dolor (opiodes)
  • Neuropeptidos, que incluyen mensajeros reguladores del dolor liberados dentro del cerebro, como las endorfinas
  • Los neurotransmisores acetilcolina y serotonina
  • Prostaglandinas, que son lípidos que, entre otras funciones, crean la sensación de dolor en las células nerviosas espinales
  • La estimulación por cualquiera de estos agentes suele estar relacionada con la inflamación, la sequedad u otros daños en la piel, las mucosas o la conjuntiva del ojo.

    En general, el prurito implica la activación de los pruriceptores de las células nerviosas especializadas llamadas fibras C. Estas fibras C son idénticas a las asociadas a la sensación de dolor, pero son funcionalmente distintas y sólo transmiten la sensación de picor: comprenden alrededor del 5 por ciento del total de fibras C de la piel humana. Cuando se estimulan superficialmente en la piel, estas fibras C transportan señales a lo largo del nervio hasta la médula espinal y hasta el cerebro, donde se procesan, generando una respuesta refleja de rascado o frotamiento. El rascado y el frotamiento interfieren entonces con las sensaciones que surgen de los pruriceptores al estimular varios receptores del dolor y del tacto en las mismas zonas. Aunque es útil para aliviar el picor, el rascado sólo ofrece un alivio temporal y puede hacer que la piel se irrite aún más y posiblemente se desgarre, lo que podría dar lugar a una infección.

    A pesar de aproximadamente un siglo de investigación sobre el prurito, no existe un único tratamiento antiprurítico eficaz, pero existen varios agentes tópicos y de administración oral que suprimen el picor en determinados contextos clínicos. Estos agentes incluyen lociones y cremas (como la calamina y la hidrocortisona), antihistamínicos, antagonistas opioides, aspirina y terapia con luz ultravioleta.

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