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¿Qué es la demencia del lóbulo frontal?

La demencia del lóbulo frontal, también conocida como demencia frontotemporal, es una forma de demencia que se produce cuando los lóbulos frontales del cerebro comienzan a encogerse (o «atrofiarse»). Los expertos estiman que es responsable del 10%-15% de los casos de demencia. La demencia del lóbulo frontal tiene su propia constelación de síntomas y es independiente de la enfermedad de Alzheimer, aunque hay casos en los que los síntomas de estos trastornos se solapan.

¿Qué es la demencia del lóbulo frontal?

Inicio de la demencia del lóbulo frontal

Una de las principales diferencias entre la demencia del lóbulo frontal y la enfermedad de Alzheimer es que, en promedio, la demencia del lóbulo frontal se presenta por primera vez significativamente antes en la vida. Los síntomas de la demencia del lóbulo frontal suelen aparecer entre los 45 y los 65 años, mientras que la mayoría de los casos de Alzheimer se dan en personas mayores de 65 años.

Síntomas de la demencia del lóbulo frontal

Los lóbulos frontales son los responsables de ayudar a la inhibición y a la regulación del comportamiento, por lo que las personas con demencia del lóbulo frontal suelen mostrar comportamientos extraños o inusuales y cambios de personalidad. De hecho, los cambios de personalidad y los problemas de comportamiento son distintivos del trastorno.

Cambios de personalidad

Los cambios de personalidad que pueden ocurrir debido a la demencia del lóbulo frontal incluyen:

  • Impulsividad
  • Apatía e indiferencia
  • Comportamiento socialmente inapropiado
  • Las personas con demencia del lóbulo frontal pueden luchar repentinamente con atracones y compulsiones de juego debido a la impulsividad asociada a la atrofia del lóbulo frontal. La indiferencia asociada a la demencia puede hacer que personas antes activas y enérgicas se conviertan en adictos al sofá que ven 18 horas de televisión al día. Debido a que los cambios de personalidad asociados a la demencia del lóbulo frontal son tan pronunciados, a veces se diagnostica inicialmente de forma errónea como una enfermedad mental.

    Problemas cognitivos

    La demencia del lóbulo frontal no causa pérdida de memoria, pero puede otros problemas cognitivos y neurológicos similares a los causados por la enfermedad de Alzheimer o el accidente cerebrovascular. Estos síntomas pueden incluir:

    • Dificultad con el habla y el lenguaje
    • Incapacidad para concentrarse
    • Incapacidad para planificar
    • Utilizar el objeto incorrecto para la tarea incorrecta, o en el momento incorrecto
    • Dificultades de movimiento y equilibrio

    Diagnóstico de la demencia del lóbulo frontal

    Ninguna prueba es capaz de diagnosticar la demencia del lóbulo frontal. En su lugar, los médicos son capaces de utilizar el equilibrio de las pruebas para diagnosticar la demencia del lóbulo frontal basándose en su mejor juicio. Dado que no existe una prueba infalible y que el diagnóstico depende del conocimiento, el juicio y la observación del paciente por parte del médico, la demencia del lóbulo frontal es notoriamente difícil de diagnosticar en sus primeras etapas. Aunque a medida que la enfermedad progresa, resulta más fácil distinguirla definitivamente de otros trastornos.

    Terapias y pronóstico

    Los enfoques actuales de la demencia del lóbulo frontal son paliativos, es decir, se centran en aliviar los síntomas, ya que no se conoce una cura para la demencia del lóbulo frontal ni tratamientos que puedan retrasar su progresión. La enfermedad empeora inevitablemente y, en sus fases finales, los pacientes necesitan atención las 24 horas del día.

    El tiempo medio de supervivencia tras un diagnóstico de demencia del lóbulo frontal es de seis a ocho años, aunque se han registrado pacientes que viven hasta 20 años después de un diagnóstico de demencia del lóbulo frontal.

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