Reconocer y gestionar las emociones
Nuestra página sobre Inteligencia emocional explica por qué es importante entender tus emociones y las de los demás.
Esta página te ayuda a reconocer y entender tus propias emociones, y explica por qué a veces son tan fuertes. Ofrece algunas ideas prácticas sobre cómo puedes gestionar tus propias emociones para que puedas utilizarlas y aprovecharlas, pero sin estar gobernado totalmente por ellas.
¿Qué son las emociones?
Las emociones son sentimientos. Para empezar a entender tus emociones, tienes que hacerte dos preguntas:
- ¿Cómo me siento?
- ¿Cómo lo sé?
- ¿Cómo se sienten los demás y cómo lo sé?
- Ejercicio: esto libera sustancias químicas de recompensa y placer en el cerebro, como la dopamina, que te hace sentir mejor. Estar en forma también te hace más saludable, lo que ayuda a gestionar las emociones.
- Sé amable con los demás, porque esto ayuda a dejar de preocuparte por ti mismo.
- Sé abierto y acepta lo que sucede a tu alrededor. Aprende a apreciar lo que ocurre y evita criticar en exceso a los demás o a las situaciones. Esto está relacionado con la atención plena, que consiste en ser consciente de lo que ocurre en el momento.
- Es bueno hablar. Pasa tiempo con otras personas y disfruta de su compañía.
- Distráete. Sí, realmente eres así de superficial. Ver un poco la televisión, leer o navegar por Internet probablemente te ayudará a olvidar que te sentías un poco decaído.
- No te entregues a los pensamientos negativos. Si te encuentras teniendo pensamientos negativos, entonces desafíalos buscando evidencia en contra de ellos.
- Pasa tiempo al aire libre. Estar en el aire fresco, especialmente alrededor de la naturaleza, es muy útil para calmar las emociones. Está demostrado que necesitamos ver horizontes, así que si puede subir a una colina y contemplar las vistas, hágalo.
- Sea agradecido. Da las gracias a la gente en persona por hacer cosas buenas por ti, y recuérdalo.
- Juega con tus puntos fuertes. Eso a menudo significa hacer cosas que disfrutas, pero también implica hacer cosas que son buenas para ti.
- Nota las cosas buenas en tu vida. En términos anticuados, cuenta tus bendiciones.
- ¿Cómo me siento ante esta situación?
- ¿Qué creo que debería hacer al respecto?
- ¿Qué efecto tendría para mí y para otras personas?
- ¿Esta acción encaja con mis valores?
- Si no, ¿qué otra cosa podría hacer que encajara mejor?
- ¿Hay alguien más a quien pueda preguntar sobre esto que pueda ayudarme?
- Pararse antes de decidir, para darse la oportunidad de pensar.
- Pensar en cómo se sentirá como resultado de cada posible acción.
- Considerar qué podría ocurrir como resultado, y cómo su decisión podría afectar a otros. ¿Estarías contento con esos efectos?
- Tómate un tiempo antes de tomar una decisión.
- Considera la decisión en función de tus valores. ¿Coincide con ellos? Si no es así, ¿por qué no?
- Piensa en lo que pensaría de tu decisión alguien a quien respetas. Le parece bien?
- Por último, considere qué pasaría si todo el mundo tomara la misma medida. Si esto fuera un desastre, entonces probablemente sea mejor no hacerlo.
Pero los demás también tienen emociones. Al mismo tiempo que eres consciente de tus propios sentimientos, también tienes que ser consciente de los de los demás.
También hay que preguntarse:
Hay varias maneras de saber cómo se sienten los demás, pero sobre todo observando lo que dicen y cómo se comportan, incluido su lenguaje corporal. Las investigaciones sugieren que más del 80% de la comunicación es no verbal, lo que significa que proviene del lenguaje corporal y la expresión facial. A muchos de nosotros no nos gusta hablar de nuestras emociones, sobre todo si son realmente importantes para nosotros, por lo que tienden a expresarse aún más en nuestro lenguaje corporal. Consulta nuestra página sobre la comunicación no verbal para saber más.
Las emociones y el cerebro
Las emociones no se controlan conscientemente. La parte del cerebro que se ocupa de las emociones es el sistema límbico. Se cree que esta parte del cerebro evolucionó bastante pronto en la historia de la humanidad, por lo que es bastante primitiva. Esto explica por qué una respuesta emocional es a menudo bastante sencilla, pero muy poderosa: quieres llorar, o huir, o gritar.
Es porque estas respuestas se basan en la necesidad de sobrevivir.
Las emociones están fuertemente vinculadas a la memoria y la experiencia. Si te ha ocurrido algo malo anteriormente, es probable que tu respuesta emocional al mismo estímulo sea fuerte.
Los bebés sienten emociones, pero no pueden razonar necesariamente. Las emociones también están estrechamente vinculadas a los valores: una respuesta emocional podría indicarle que uno de sus valores clave ha sido cuestionado. Consulte nuestra página sobre los niveles lógicos de Dilts para obtener más información al respecto.
Entender este vínculo con la memoria y los valores le da la clave para gestionar su respuesta emocional. Tus respuestas emocionales no tienen necesariamente mucho que ver con la situación actual, o con la razón, pero puedes superarlas con la razón y siendo consciente de tus reacciones.
Prueba esto:
Tómate un tiempo para darte cuenta de tus respuestas emocionales y considera qué puede haber detrás de ellas, ya sean valores, recuerdos o experiencias.
También considere lo que resulta en emociones positivas y lo que es más negativo.
Recuerde, usted puede cambiar cómo se siente.
Para más información sobre esto, vea nuestra página sobre Programación Neurolingüística.
Aprender a gestionar las emociones
Se ha dicho y escrito mucho sobre cómo gestionar y controlar las emociones.
Puedes elegir cómo te sientes. – Anon
No puedes controlar a los demás, pero sí puedes controlar cómo reaccionas ante ellos. – Anon.
Todo el mundo puede enfadarse, eso es fácil, pero enfadarse con la persona adecuada y en el grado adecuado y en el momento adecuado y con el propósito adecuado, y de la manera adecuada, eso no está al alcance de todos y no es fácil. – Aristóteles
La siguiente cuadrícula muestra el equilibrio entre la energía alta y la baja, y la negativa y la positiva:
La energía positiva alta te permite rendir bien, pero no puedes permanecer en ese estado para siempre. Tarde o temprano, tienes que reducir la energía. Manténgase positivo y se recuperará rápidamente. Sumérgete en más sentimientos negativos, y te sentirás quemado.
La energía negativa alta es un lugar bastante incómodo para estar: se siente como si estuvieras luchando por la supervivencia todo el tiempo. De nuevo, tendrás que reducir la energía en algún momento, ya que podría conducir al agotamiento.
Acciones positivas para ayudarte a gestionar las emociones
Hay una serie de acciones que puedes llevar a cabo y que te ayudarán a gestionar tus emociones. Muchas de ellas son muy generales, pero pruébalas porque puede que descubras que funcionan.
Esta lista puede sonar bastante anticuada, pero entonces quizás nuestros abuelos sabían una o dos cosas sobre la gestión de las emociones que nosotros podemos haber olvidado. Encontrar el equilibrio adecuado para ti puede ayudarte a reducir tus niveles de estrés y puede ayudarte a combatir la depresión.
Aplicar la razón a la emoción
Como decíamos arriba, puedes cambiar cómo te sientes. La clave es ser consciente de tu respuesta emocional, y entender qué puede haber detrás de ella. De esta manera, puedes aplicar algo de razón a la situación.
Por ejemplo, podrías hacerte algunas preguntas sobre posibles cursos de acción, como:
Esto te ayuda a aplicar la razón a una respuesta emocional antes de reaccionar.
Hay más sobre esto en nuestra página sobre Programación Neurolingüística.
Ejemplo
Suponga que tiene miedo de estar en la oscuridad porque una vez se quedó encerrado en una habitación oscura cuando era niño.
Siempre tiene una respuesta emocional a la oscuridad debido a su experiencia anterior. Pero puedes recordarte a ti mismo que ya eres mayor y que no hay nada que te asuste. Todo lo que tienes que hacer es caminar hacia la luz y encenderla.
Por medio de esta práctica, puedes ayudar a tu cerebro a entender que no hay necesidad de tener miedo y gradualmente reentrenar tu sistema límbico.
Toma de decisiones con emociones
Cuando tomas decisiones, puedes recurrir a la razón, a la emoción o a una mezcla de ambas.
Las decisiones emocionales se consideran a veces como tomadas en el «calor del momento», pero las emociones juegan un papel mayor en la mayoría de las decisiones de lo que podemos ser conscientes. Si está casado, por ejemplo, sabrá que la decisión de casarse o no puede ser muy meditada. Sin embargo, muy pocos argumentarían que la decisión se toma únicamente sobre la base de la lógica.
Las mejores decisiones se toman utilizando tanto la lógica como la emoción.
Si sólo utilizas una u otra, tus decisiones pueden no ser muy equilibradas, o no apoyar tus necesidades emocionales. En su lugar, necesita combinar su respuesta emocional con consideraciones más racionales.
Puede hacer esto:
Las emociones son importantes
Vale la pena ser consciente de nuestros propios sentimientos y de los de los demás. Las personas altamente inteligentes emocionalmente lo hacen todo el tiempo. Como cualquier otra, es una habilidad que se puede desarrollar y que merece la pena adquirir.
He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo les hiciste sentir.
Maya Angelou
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