Red de Noticias del Dolor
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La lesión o enfermedad inicial que inició el PI fue lo suficientemente grave como para causar una transformación patológica de las células microgliales en la médula espinal y/o el cerebro. Esta transformación es la que produce la neuroinflamación y la constancia del dolor. Este proceso se conoce como «centralización» o «sensibilidad central»
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Para tener una lesión suficiente como para provocar la «centralización» hay que tener una enfermedad o afección muy grave, de las cuales las más comunes son: aracnoiditis adhesiva, lesión cerebral traumática, distrofia simpática refleja, encefalopatía postviral o una enfermedad genética como el síndrome de Ehlers-Danlos, la porfiria o la anemia falciforme.
Los médicos deben tener una autoridad de prescripción mínimamente restringida y autonomía para tratar adecuadamente la PI. Por ejemplo, el tratamiento adecuado de la PI no sólo requiere analgésicos, opioides y no opioides, sino agentes antiinflamatorios, hormonales y corticosteroides específicos que atraviesen la barrera hematoencefálica y controlen las células microgliales inflamadas y patológicas. El tratamiento de la PI tiene que adaptarse individualmente y puede requerir un régimen de tratamiento no estándar, fuera de la etiqueta o inusual.
No se equivoquen. El nuevo enfoque de tratamiento de la IP es bastante eficaz para reducir el dolor, controlar la neuroinflamación y permitir que los pacientes funcionen biológicamente lo suficientemente bien como para tener una buena calidad de vida. También hay que tener en cuenta que el nuevo enfoque de la PI no se limita a reducir el dolor, sino que trata la causa subyacente del mismo. En consecuencia, ya no se necesitan muchos procedimientos, terapias y opioides costosos.
Mientras siga ejerciendo seguiré impulsando este nuevo enfoque.