Resumen y análisis mitológico de Narciso; Jacinto; Adonis
Narciso es el muchacho más hermoso que muchos han visto, pero no devuelve el afecto de nadie. Una de las ninfas decepcionadas reza al dios de la ira, Némesis, para que «quien no ama a los demás se ame a sí mismo». Némesis responde a esta oración. Narciso mira su propio reflejo en un río y de repente se enamora de sí mismo. No puede pensar en nada ni en nadie más. Se consume, inclinándose perpetuamente sobre el estanque, hasta que finalmente perece.
La historia de Narciso incluye la de Eco, una ninfa que se enamora de él. Eco cae bajo un desafortunado hechizo lanzado por Hera, que ha sospechado que Zeus está interesado en ella o, al menos, en una de sus amigas ninfas. Hera determina que Eco siempre tendrá la última palabra, pero nunca tendrá el poder de hablar primero. Es decir, sólo podrá repetir lo que digan los demás. Cuando el moribundo Narciso dice «adiós» a su propia imagen, Eco sólo puede repetir las palabras, un último adiós. En el lugar donde muere Narciso, crece una hermosa flor, y las ninfas la llaman Narciso.
Apolo y Jacinto son los mejores amigos. Compiten para ver quién puede lanzar un disco más lejos. En la competición, Apolo lanza accidentalmente su disco contra Jacinto, matándolo. Mientras Apolo sostiene el cuerpo de su mejor amigo, desea que él mismo deje de vivir para que el hermoso y joven Jacinto pueda seguir viviendo. Mientras pronuncia esas palabras, la sangre que derrama el joven moribundo vuelve verde la hierba y crece una hermosa flor: el jacinto.
Adonis es un joven extremadamente apuesto y Afrodita se enamora de él. Lo pone al cuidado de Perséfone, pero ella también se enamora de él. Finalmente, Zeus interviene y decide que Adonis pase la mitad del año con Perséfone y la otra mitad con Afrodita. Un día, Adonis caza un jabalí y cree haberlo matado. Pero el jabalí sólo estaba herido, y se abalanza ferozmente sobre Adonis cuando éste se acerca. Afrodita vuela hacia él y lo sostiene, moribundo, en sus brazos. Las flores crecen donde la sangre moja el suelo.
Análisis
La historia de Narciso se refiere a los peligros del amor propio. La cultura occidental vuelve a menudo a considerar la naturaleza del individuo ensimismado. La literatura, el arte y la filosofía han investigado la importancia relativa del amor propio. Aquí, la forma extrema del amor propio se figura como una advertencia.
Eco es otra mujer desafortunada que es víctima de los celos de Hera. La triste historia del amor no correspondido de Eco y del amor pervertido de Narciso revela la importancia de la imaginería natural en los mitos griegos. Eco refleja los ecos que la gente escucha a través de los espacios vacíos, y las flores silvestres eran veneradas como recordatorios físicos de la belleza y la fertilidad de una griega.
Juntos, las historias de Narciso y Eco representan la tragedia de las conexiones perdidas, pues ambos aman equivocadamente. Narciso ama simplemente un reflejo; Eco ama a alguien que no puede amar a otro. Los mitos griegos exploran así escenarios tristes que dejan a ciertos personajes infelices o insatisfechos. Parece que los dioses tienen el poder de hacer que todo sea «correcto» y podrían hacer que el amor fuera recíproco, pero rara vez deciden hacerlo. De los problemas del amor surgen muchos de los complejos dramas de la condición humana.
En la historia de Narciso destaca la imaginería natural. Típico de la mitología griega, los elementos de la naturaleza adquieren un significado narrativo y añaden una actitud particular al relato. Al ambientar las historias en escenarios naturales tan idílicos como el río donde Narciso se enamora de sí mismo, los narradores griegos conjuraban un mundo imaginario en el que la belleza y la naturaleza dominan la imaginación.
El breve mito de Apolo y Jacinto se refiere a la fragilidad de la vida. Parece extraño que un dios tan impresionante como Apolo cometa un error tan trágico, pero esta historia muestra un raro caso en el que un dios se arrepiente de una acción y un momento en el que el destino va en contra de los deseos de un dios. La tragedia del error se extiende así a los dioses poderosos, no sólo a los mortales de la tierra.
La historia también advierte de los peligros de la competencia, pues es en este contexto donde muere Jacinto. Las competiciones surgen en toda la mitología griega, y no siempre con efectos trágicos. Pero en casi todos los casos, las competiciones provocan una situación importante o dramática.
Quizás lo más importante es que la historia de Jacinto se refiere a la relación cíclica entre la vida y la muerte. Justo después de que Jacinto muera, renace en cierto modo como una flor. Como en otras historias de la vida después de la muerte, la nueva forma de Jacinto como flor sugiere que los ciclos de la vida pueden repetirse de un estado natural a otro. En este caso, es difícil ver qué conserva Jacinto de su naturaleza humana al haberse convertido en una flor.
Por último, la historia muestra una representación inusualmente humana de un dios. Como hacen los buenos amigos, los dos hombres comparten amor y lealtad; Apolo muestra tanto heroísmo masculino como compasión sensible. De hecho, su amor por su amigo parece ser la principal razón por la que Jacinto puede seguir viviendo.
Otra historia de amor trágica es la de Adonis, aunque en este caso, Adonis es asesinado por su propio error y por un animal. El error clave es pensar que el jabalí está muerto cuando está vivo. Este mito también indica algo más sobre la mortalidad. Afrodita no puede hacer nada para devolver la vida al mortal; ni siquiera puede ir al inframundo y traerlo de vuelta. Las flores que crecen en el lugar de Adonis sugieren esperanza y vida después de la muerte, al igual que sucede con Jacinto.
La historia de Adonis también revela la naturaleza competitiva de los dioses, pues tanto Perséfone como Afrodita luchan por su atención hasta que finalmente Zeus resuelve la pelea. En este sentido, actúan como humanos inmaduros, incapaces de llegar a un punto común sin la ayuda de una autoridad. Alternativamente, la disputa entre Perséfone y Afrodita puede revelar que las preocupaciones humanas son, en efecto, tan significativas y críticas que también pesan sobre los dioses.
Nótese también un tema común en los mitos: el humano masculino o femenino extremadamente bello (compárese Narciso y Psique). Ser de gran belleza puede sugerir estar más cerca de los dioses. También puede provocar fama, amor… y tragedia.