¿Se puede curar la hepatitis C?
Antes se utilizaba una combinación de ribavirina e interferón pegilado para tratar la hepatitis C crónica.
En lugar de atacar directamente al virus, estos dos medicamentos también actuaban potenciando la actividad del sistema inmunitario de la persona. El sistema inmunitario intentaba entonces eliminar el virus.
El objetivo de este tratamiento era eliminar el virus del organismo. Estos medicamentos tenían una tasa de curación variable y podían tener importantes efectos secundarios.
Sin embargo, desde 2011, la FDA ha aprobado muchos antivirales que atacan la hepatitis C de forma más directa.
Estos fármacos tienen tasas de éxito mucho mejores y parecen ser mejor tolerados que los antiguos tratamientos.
Los tratamientos antivirales actuales y recomendados para los diferentes genotipos de la hepatitis C incluyen:
- ledipasvir-sofosbuvir (Harvoni)
- elbasvir-grazoprevir (Zepatier)
- ombitasvir-paritaprevir-ritonavir (Technivie)
- ombitasvir-paritaprevir-ritonavir y dasabuvir (Viekira Pak)
- daclatasvir-sofosbuvir (Darvoni o Sovodak)
- glecaprevir-pibrentasvir (Mavyret)
- sofosbuvir-velpatasvir (Epclusa)
- sofosbuvir-velpatasvir-voxilapresvir (Vosevi)
- Evite compartir agujas, cuchillas de afeitar o cortaúñas.
- Utilice las precauciones de seguridad adecuadas si va a estar expuesto a fluidos corporales, como cuando realiza primeros auxilios.
- La hepatitis C no suele transmitirse por contacto sexual, pero es posible. Limita tu exposición practicando sexo con preservativo u otro método de barrera. También es importante comunicarse abiertamente con las parejas sexuales y hacerse pruebas si sospecha que ha estado expuesto al virus de la hepatitis C.
En marzo de 2020, la FDA aprobó el uso de sofosbuvir-velpatasvir (Epclusa) para tratar el virus de la hepatitis C en niños de 6 años o más -o que pesen al menos 37.5 libras (17 kg) – con cualquiera de los seis genotipos del VHC. Anteriormente sólo se había aprobado para tratar el virus en adultos.
Todas estas combinaciones de medicamentos son antivirales de acción directa (AAD), lo que significa que pretenden atacar componentes del propio virus.
Durante un periodo de tiempo, normalmente de 8 a 24 semanas, esto hace que el virus se reduzca y se elimine de su sistema.
Para todos los AAD, el objetivo del tratamiento de la hepatitis C es la respuesta virológica sostenida (RVS).
Esto significa que la cantidad de virus de la hepatitis en su sistema es tan baja que no puede detectarse en su torrente sanguíneo entre 12 y 24 semanas después de terminar el tratamiento.
Si consigue la RVS después del tratamiento, se puede decir que la hepatitis C está curada.
¿Puede un trasplante curar la hepatitis C?
Si desarrolla una hepatitis C crónica y ésta conduce a un cáncer de hígado o a una insuficiencia hepática, puede necesitar un trasplante de hígado. La hepatitis C es una de las razones más comunes para un trasplante de hígado.
Un trasplante de hígado elimina un hígado dañado y lo sustituye por uno sano. Sin embargo, existe una alta probabilidad de que el virus de la hepatitis C se transmita al nuevo hígado con el tiempo.
El virus vive en el torrente sanguíneo, no sólo en el hígado. La extirpación del hígado no curará la enfermedad.
Si tiene hepatitis C activa, es muy probable que continúe el daño en su nuevo hígado, especialmente si la hepatitis C permanece sin tratar.
¿Hay medicinas alternativas disponibles?
Algunas personas creen que ciertas formas de medicina alternativa ayudan a curar la hepatitis C.
Sin embargo, el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa informa de que no hay formas eficaces, probadas por la investigación, de tratamiento alternativo o medicina complementaria para la hepatitis C.
La silimarina, también conocida como cardo mariano, es una hierba comúnmente sugerida para ayudar a curar la enfermedad hepática de la hepatitis C. Pero un riguroso estudio multicéntrico no encontró ningún efecto beneficioso de este suplemento.
¿Hay alguna forma de prevenir la hepatitis C?
Aunque actualmente no hay ninguna vacuna para proteger a las personas de contraer la hepatitis C, existen vacunas para otros virus de la hepatitis, incluyendo la hepatitis A y la hepatitis B.
Si recibe un diagnóstico de hepatitis C, su proveedor de atención sanitaria puede aconsejarle que se vacune contra la hepatitis A y B.
Se recomiendan las vacunas porque estos virus de la hepatitis pueden provocar complicaciones adicionales para la salud y el hígado, especialmente en aquellas personas con una enfermedad hepática preexistente.
Dado que no se puede prevenir la hepatitis C mediante una vacuna, la mejor prevención es evitar la exposición. La hepatitis C es un patógeno transmitido por la sangre, por lo que puede limitar sus posibilidades de exposición a través de estas prácticas de estilo de vida saludable:
Debido a que la hepatitis C se transmite a través de la sangre, es posible contraerla a través de una transfusión de sangre.
Sin embargo, desde principios de la década de 1990, las pruebas de detección de productos sanguíneos han sido el protocolo estándar para minimizar el riesgo de este tipo de transmisión.
Los CDC recomiendan el cribado universal para todas las personas mayores de 18 años y las mujeres embarazadas durante cada embarazo.
Las pruebas posteriores (y la frecuencia de las mismas) se basan en el riesgo. Hable con su médico sobre sus necesidades.
Por los CDC, estas poblaciones tienen un mayor riesgo de contraer la hepatitis C.