Selección natural
Selección natural, proceso que da lugar a la adaptación de un organismo a su entorno mediante la reproducción selectiva de cambios en su genotipo, o constitución genética.
A continuación se presenta un breve tratamiento de la selección natural. Para un tratamiento completo, véase la evolución: El concepto de selección natural.
En la selección natural, aquellas variaciones en el genotipo (el complejo completo de genes heredados de ambos padres) que aumentan las posibilidades de supervivencia y procreación de un organismo se conservan y multiplican de generación en generación a expensas de las variaciones menos ventajosas. La evolución suele producirse como consecuencia de este proceso. La selección natural puede surgir de las diferencias en la supervivencia, en la fertilidad, en la tasa de desarrollo, en el éxito del apareamiento o en cualquier otro aspecto del ciclo vital. Todas estas diferencias dan lugar a la selección natural en la medida en que afectan al número de progenie que deja un organismo.
Las frecuencias de los genes tienden a permanecer constantes de generación en generación cuando no hay factores perturbadores. Los factores que perturban el equilibrio natural de las frecuencias génicas son la mutación, la migración (o flujo génico), la deriva genética aleatoria y la selección natural. Una mutación es un cambio espontáneo en la frecuencia de los genes que tiene lugar en una población y que se produce a una tasa baja. La migración es un cambio local en la frecuencia de los genes cuando un individuo se desplaza de una población a otra y se cruza con ella. La deriva genética aleatoria es un cambio que se produce de una generación a otra por un proceso de puro azar. La mutación, la migración y la deriva genética alteran las frecuencias de los genes sin tener en cuenta si dichos cambios aumentan o disminuyen la probabilidad de que un organismo sobreviva y se reproduzca en su entorno. Todos son procesos aleatorios.
La selección natural modera los efectos desorganizadores de estos procesos porque multiplica la incidencia de las mutaciones beneficiosas a lo largo de las generaciones y elimina las perjudiciales, ya que sus portadores dejan poca o ninguna descendencia. La selección natural favorece la conservación de un grupo de organismos que se ajustan mejor a las condiciones físicas y biológicas de su entorno y también puede dar lugar a su mejora en algunos casos. Algunas características, como la cola del pavo real macho, en realidad disminuyen las posibilidades de supervivencia del organismo individual. Para explicar tales anomalías, Darwin planteó una teoría de «selección sexual». A diferencia de las características que resultan de la selección natural, una estructura producida por la selección sexual da lugar a una ventaja en la competencia por las parejas.