¿Tienes un callo o una verruga plantar?
Tienes una extraña lesión en el pie: es circular, dolorosa a veces, dura y de color amarillento. ¿Es un callo o una verruga? Siga leyendo para saber más sobre ambos y cómo diferenciar las dos lesiones cutáneas que suelen confundirse entre sí.
Un callo es una acumulación de tejido endurecido con un núcleo central y profundo en una zona de presión localizada. Por lo general, se encuentra en los dedos de los pies o en las zonas que soportan peso en la parte inferior del pie. Las personas suelen quejarse de una sensación similar a la de caminar sobre una piedra cuando tienen un callo. La razón por la que es tan doloroso es porque tienden a ser profundos y a presionar los nervios.
Una verruga plantar, por otro lado, es un crecimiento cutáneo no canceroso causado por el Virus del Papiloma Humano que se ha instalado en la capa superior de la piel. Las verrugas pueden aparecer en los dedos y en la parte inferior del pie, pero no siempre en los puntos de presión propiamente dichos. Las verrugas son a veces asintomáticas y pueden resolverse por sí solas con el tiempo; sin embargo, también son contagiosas y pueden extenderse a otras partes del pie cuando no se tratan.
Los tres signos reveladores de una verruga son:
- Las líneas de la piel alteradas
- Pequeños puntos negros
- Dolor al pellizcar en lugar de presión directa.
Para cualquiera de los dos casos, lo mejor es acudir a un podólogo autorizado para un tratamiento eficaz.
El tratamiento para ambos es tan diferente como sus orígenes. A través de un procedimiento indoloro, se reducirá un callo, y se eliminará el núcleo para proporcionar alivio del dolor. Se pueden recomendar almohadillas de descarga, así como una evaluación para una ortopedia de pie personalizada. No deje un callo durante demasiado tiempo; cuando se expone a una presión prolongada y extensa, la piel debajo del callo puede romperse, lo que puede llevar a una herida y a una posible infección.
Hay varias opciones de tratamiento diferentes para las verrugas, que incluyen, entre otras, la crioterapia, los agentes vesicantes, el ácido salicílico y las excisiones.
Para ayudar a evitar la aparición de una verruga, use siempre zapatos cuando utilice las duchas públicas, los gimnasios y las piscinas, intente evitar lesiones o roturas en la piel del pie, y asegúrese de que su sistema inmunológico está en control (¡consuma una dieta bien equilibrada y acuda a las revisiones anuales!).
Pida cita con un podólogo, que evaluará la verruga O el callo y determinará la vía de tratamiento adecuada para usted.