Tus secretos ya se conocen
- Jenn
- 29 mar 2011
Leí una vez que tenemos un yo exterior (lo que presentamos al mundo) y un yo interior (lo que nos presentamos a nosotros mismos) y un yo «secreto» (lo que no siempre admitimos, pero lo que realmente pensamos, tramamos y deseamos en la tranquilidad de nuestra mente).
Asusta imaginar este yo secreto. Por qué está ahí? Hasta qué punto nos influye?
Lo que aún da más miedo es pensar que nadie conoce el yo secreto aparte de nosotros. Pensar que nadie más puede escuchar los pensamientos o los verdaderos sentimientos que se arremolinan en nuestro corazón -especialmente cuando nos demoramos en ellos.
Alguien ya conoce nuestros secretos
Dios sabe lo que hay en nuestros corazones. Lo oye y lo ve todo, así que está justo ahí con el «yo secreto» durante los pensamientos, planes, reacciones y demás.
Pero eso no es algo malo; si es cierto que lo que hay en tu corazón determina lo que dices (Mateo 12:34), entonces nos damos cuenta de lo mucho que necesitamos que Dios esté en ese lugar con nosotros.
David oró por un corazón puro. Estaba en algo.
En el principio, Dios lo sabía.
El Señor observó el alcance de la maldad humana en la tierra, y vio que todo lo que pensaban o imaginaban era consistente y totalmente malo. (Génesis 6:5)
En forma humana, Dios lo sabía.
Jesús supo de inmediato lo que pensaban, por lo que les preguntó: «¿Por qué os preguntáis esto en vuestros corazones?»(Marcos 2:8)
Entonces, ¿qué hay en tu corazón?
Es fácil que veamos lo que hay en nuestro corazón y en el de los demás simplemente observando. Es cierto que somos humanos, así que tenemos nuestros momentos, pero lo que queremos reflexionar es esto: ¿Es un momento o es un estilo de vida?
No sólo Dios ve lo que hay en nuestro corazón, sino que también, con la vista adecuada, los demás pueden verlo también.
Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de un corazón bueno, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de un corazón malo. Lo que dices fluye de lo que hay en tu corazón. (Lucas 5:45)
No estamos solos en nuestros secretos. Dios lo sabe todo. Es cuestión de tiempo que nos dirijamos a él en esas habitaciones oscuras y le pidamos que entre. Es entonces cuando las vidas cambian.
¿Tienes un testimonio? Comparte lo que has visto/experimentado que hace Dios.
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