Cuando los padres dan la bienvenida al mundo a un nuevo bebé, de repente todo se vuelve mágico, dichoso y aún más increíble de lo que los padres jamás pensaron. Junto con la alegría y la pura felicidad viene un montón de preocupaciones aleatorias que los padres tampoco pensaban que iban a reflexionar. ¿Duerme demasiado el bebé? ¿Es normal ese ruido? ¿Se supone que los números dos tienen que ser así? Dormirá este niño alguna vez más de 30 minutos?
Esta lista de interrogantes parece interminable. Una de las cosas más importantes por las que se preocupan los padres primerizos es por la cantidad de comida de su hijo. ¿Están dando demasiada leche a su bebé? ¿O le están dando muy poca? Los nutrientes no son una de esas cosas en las que mamá o papá quieren equivocarse. En general, si el bebé está engordando y creciendo, y parece tener una disposición bastante decente, es probable que su consumo de alimentos sea el adecuado.
Sin embargo, en algunos casos, los padres están tan preocupados por conseguir suficientes calorías para su pequeño bebé que terminan sobrealimentándolo. Si la sobrealimentación es algo que las mamás creen que pueden estar haciendo accidentalmente, aquí hay 20 señales que deben buscar. Si algunas de ellas te suenan, la sobrealimentación podría estar cayendo.
20 engordando en serio
Queremos que los bebés ganen algunos kilos, ¡pero dentro de lo razonable! Si los números de la báscula suben demasiado rápido, la sobrealimentación podría ser la razón. Los cuerpos de los bebés están diseñados para una cantidad específica de calorías, por lo que cualquier cosa más allá de eso es excesiva.
Iniciar los hábitos de comer en exceso tan temprano puede contribuir a luchas de por vida con la salud. Los niños que comen en exceso desde edades tempranas a veces pueden luchar contra la obesidad más adelante en la vida. Los hábitos saludables empiezan desde el primer día. Intenta ceñirte a la cantidad de leche de fórmula que te recomiende tu pediatra y probablemente evitarás muchas trampas de sobrealimentación.
19 O incluso bajar un poco
Es lógico que un niño que engorda lo haga por comer en exceso, pero lo sorprendente es que un niño que deja de engordar también puede estar sintiendo los efectos de comer en exceso. Si un bebé come en exceso constantemente y luego pierde su comida o la deja escapar por el otro lado, ¡podría correr el riesgo de reducir su masa corporal! Piénsalo, cuando tienes gripe y te pasas la mayor parte del día expulsando lo que entra en tu cuerpo, ¿no pierdes también algo de masa?
Si notas que tu bebé empieza a estar un poco delgado y tiene tendencia a escupir o a reventar los pañales después de las comidas, la sobrealimentación podría ser la culpable de todos estos disgustos.
18 números dos que se salen
Seamos sinceros. Ningún número dos huele bien, pero algunos son peores que otros. Si notas que te quedan muchos números dos descuidados, sueltos y con un olor horrible por cortesía de tu bebé, puede que esté luchando por una sobrecarga de lactosa. La leche tiene lactosa, y un exceso de ella puede hacer mella en los números de tu bebé. La sobrecarga de lactosa no es como la intolerancia a la lactosa. Sobrecarga significa precisamente eso: el pequeño cuerpo del bebé está tomando demasiada y es incapaz de digerir una cantidad tan grande. Reduce la cantidad de leche y verás cómo se resuelven los regalos que tu bebé te deja cada día.
¡Sube la leche!
Hechos: los bebés regurgitan.
Un poco de leche usada en el hombro forma parte del plan de juego de la crianza. Sin embargo, ¿tu bebé escupe mucho? ¿Te deja regalos de leche después de cada biberón? Si es así, quizá debas intentar darle menos leche a la hora de comer. Los estómagos de los bebés no pueden soportar más leche de la que están diseñados para contener. Piensa en una taza. Si sigues vertiendo en esa taza, el líquido tiene que ir a alguna parte, ¿verdad? Lo mismo ocurre con tu bebé. Una vez que la barriga está llena, la leche sobrante va a parar a algún sitio, y ese sitio suele ser toda tu camiseta.
16 Llantos excesivos
Los bebés lloran por todo tipo de razones. A veces están cansados, otras veces tienen demasiado calor. Lloran cuando te quieren y gimen cuando tienen hambre. También hacen ruido cuando han comido demasiado. Los bebés no pueden hablar, por supuesto, así que el llanto es el único método que tienen para comunicar a los cuidadores que algo va mal. Si notas que tu bebé llora en exceso, y todas sus demás necesidades están cubiertas, considera la cantidad que le estás dando de comer. Podría ser más de lo que puede soportar y podría estar tratando de decirte que le duele la barriga!
15 Hinchazón
De nuevo, prestar atención a lo que ocurre con el sistema gástrico de tu hijo es una gran manera de determinar si está comiendo mucho o poco en cada comida. Si su pequeño está comiendo en exceso, podría mostrar signos de hinchazón. Todos sabemos cómo se ve y se siente estar hinchado. Muéstrame a una mujer que no haya luchado contra una barriga distendida una o dos veces (o literalmente cada mes). ¿La barriga de tu bebé está dura como una roca? ¿Parece redonda y distendida? Si es así, es posible que se esté produciendo una sobrealimentación. La hinchazón es incómoda, por lo que es probable que otros efectos de la sobrealimentación la acompañen.
14 Se apartan, pero tú sigues presionando
Los padres pueden llegar a ser bastante inflexibles en cuanto a que su bebé tiene que terminarse todo el biberón. No quieren que «piquen» y luego necesiten volver a comer en otra media hora. Como quieren ese esquivo horario de alimentación perfecto, a veces ignoran las señales de alimentación de su bebé. Si tu bebé aparta continuamente la cabeza del biberón, probablemente te esté diciendo que ya ha comido suficiente. Obsérvelo mientras come. Apartarse de su comida es su señal de «¡Voy a reventar!». Los bebés no son robots, son humanos, y no siempre caen en los horarios perfectos de las comidas.