Ed Gein
Ed Gein, cuyo nombre completo es Edward Theodore Gein, también llamado el Carnicero de Plainfield, (nacido el 27 de agosto de 1906, Plainfield, Wisconsin, EE.UU. -muerto el 26 de julio de 1984, Madison, Wisconsin-).-muerto el 26 de julio de 1984 en Madison, Wisconsin), asesino en serie estadounidense cuyos horripilantes crímenes adquirieron notoriedad mundial e inspiraron numerosos libros y películas de terror.
Gein tuvo una infancia difícil. Su padre era alcohólico y su madre le maltrataba verbalmente. Sin embargo, Gein la idolatraba, hecho que aparentemente preocupaba a su hermano mayor Henry, quien ocasionalmente se enfrentaba a ella en presencia de Gein. En 1944 Henry murió en circunstancias misteriosas durante un incendio cerca de la granja de la familia en Plainfield. Aunque Gein denunció la desaparición de su hermano a la policía, fue capaz de conducirles directamente al cuerpo quemado cuando llegaron. A pesar de las contusiones descubiertas en la cabeza de la víctima, la muerte se consideró un accidente. La muerte de la madre de Gein en 1945 lo convirtió prácticamente en un ermitaño. En los años siguientes, Gein acordonó las zonas de la casa que su madre había utilizado con más frecuencia, preservándolas como una especie de santuario.
Gein atrajo la atención de la policía en 1957, cuando la dueña de una ferretería llamada Bernice Worden desapareció. Gein había sido visto con ella poco antes de su desaparición y, cuando los agentes de la ley visitaron su granja, encontraron su cuerpo. Había recibido un disparo mortal y había sido decapitada. Los exámenes posteriores de su casa mostraron que había robado sistemáticamente tumbas y recogido partes de cuerpos, que utilizaba para fabricar artículos domésticos, ropa y máscaras. También se descubrió en la propiedad la cabeza de Mary Hogan, una tabernera que había desaparecido en 1954. En 1958 la «casa de los horrores» de Gein fue destruida por un incendio, cuyo origen sigue sin estar claro.
Gein admitió haber matado a las dos mujeres -ambas supuestamente parecidas a su madre-, pero se declaró inocente por razón de demencia. A finales de 1957 fue considerado no apto para el juicio y posteriormente fue recluido en varias instituciones psiquiátricas. Sin embargo, en 1968, tras determinarse que podía participar en su propia defensa, Gein fue juzgado. Se le declaró culpable del asesinato de Worden -según se dice, por motivos económicos, los fiscales sólo juzgaron un asesinato-, pero luego se le consideró demente en el momento del crimen. Regresó a un hospital psiquiátrico, donde permaneció hasta su muerte en 1984.
El comportamiento de Gein inspiró numerosos libros y películas, especialmente tres de las películas de terror/thriller más influyentes de la historia: Psicosis (1960), dirigida por Alfred Hitchcock y basada en el impactante libro de Robert Bloch de 1959; La matanza de Texas (1974); y El silencio de los corderos (1991).