El Centro de Fertilidad Langone de la NYU cuenta con un programa de fecundación in vitro (FIV) de renombre mundial conocido por sus altas tasas de éxito en el embarazo. La FIV es la forma más eficaz para que las parejas logren el embarazo cuando tienen problemas para concebir.
Para que el embarazo se produzca de forma natural, los espermatozoides deben viajar a través del útero hasta una de las trompas de Falopio, donde fecundan un óvulo. El embrión resultante debe ser de buena calidad para que se produzca la implantación.
Aunque el proceso parece sencillo, hay múltiples factores que pueden impedir que se produzcan estos pasos, como un bajo recuento de espermatozoides, una trompa de Falopio comprometida o bloqueada, un útero dañado o enfermo, o una producción o calidad de óvulos subóptima. Cuando el esperma y el óvulo no pueden encontrarse por sí solos, o la calidad del óvulo o del esperma es inferior a la deseada, la FIV puede ser una opción.
Durante la FIV, se extraen óvulos de los ovarios -o se pueden utilizar óvulos de donante- y se fecundan con esperma adquirido de la pareja o de un donante. El embrión resultante se inserta en el útero, donde idealmente se implanta y crea un embarazo.
Las personas que se someten a FIV deben asistir a una sesión de orientación in situ dirigida por nuestro personal de enfermería antes de comenzar el tratamiento. Se anima a las parejas a asistir también a esta sesión. Además de asistir a una sesión presencial, también puede ver nuestro programa de orientación.
Aunque el ciclo de cada mujer es único, a continuación se ofrece una visión general del proceso de FIV.
Primer paso: Inducción de la ovulación
Durante un ciclo menstrual típico, los ovarios liberan un óvulo cada mes. Como preparación para la FIV, se autoadministran diariamente fármacos para la fertilidad, llamados gonadotropinas, para estimular a los ovarios a madurar numerosos óvulos en el mes del ciclo de tratamiento. Si se maduran más óvulos, se pueden cosechar y utilizar más. En la mayoría de los casos, esto mejora las posibilidades de fecundación y, en última instancia, de embarazo.
Segundo paso: extracción de óvulos (recuperación de ovocitos)
Cuando los óvulos, también conocidos como ovocitos, están listos para ser extraídos del cuerpo, se realiza un procedimiento en el Centro de Fertilidad utilizando una sedación suave. El médico -con la ayuda de la visualización por ultrasonidos- guía una aguja a través de la pared de la vagina hasta los ovarios. Un anestesista está presente en todos los procedimientos.
Después de la extracción de los óvulos, se fecundan con esperma en el laboratorio de embriología. Las tasas de éxito varían en función de la edad de la persona, la respuesta a la medicación y la calidad de los óvulos y embriones producidos.
Como ocurre con todos los procedimientos quirúrgicos, existen riesgos asociados a la extracción de óvulos que deben consultarse con el médico.
Tercer paso: La fecundación en el laboratorio
Cuando los óvulos llegan al laboratorio de embriología, nuestro personal los analiza para comprobar su madurez y, a continuación, coloca los óvulos en una incubadora que tiene un entorno similar al del interior del cuerpo. En la mayoría de los casos, el esperma se combina con los óvulos y la fecundación se produce de forma natural. En las situaciones en las que el recuento de espermatozoides es bajo o su movilidad (movimiento) es escasa, se inyecta un solo espermatozoide directamente en cada óvulo maduro en un proceso denominado inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).
Una vez que el óvulo y el espermatozoide se combinan, se tarda aproximadamente 18 horas en determinar si se ha producido la fecundación y otros 2 o 4 días en establecer si el embrión se desarrolla de forma óptima. Los embriones suelen permanecer en el laboratorio un total de cinco días.