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Pinzamiento anterior del tobillo

Editado por Marcus Coe MD

Antecedentes y presentación clínica

El pinzamiento anterior del tobillo es una de las causas más comunes de dolor en la parte delantera de la articulación del tobillo (Figura 1). En este caso, «pinzamiento» describe el pellizco en la parte delantera (porción anterior) de la articulación del tobillo al caminar o inclinarse hacia delante (dorsiflexión). A menudo este pinzamiento se debe a espolones óseos que se forman en la parte delantera de la articulación del tobillo en la tibia (hueso superior de la articulación del tobillo) y/o en el astrágalo (hueso inferior de la articulación del tobillo). La formación de espolones óseos puede ser el resultado de una dorsiflexión forzada frecuente (doblar el tobillo hacia arriba o inclinarse sobre el tobillo con el talón en el suelo). El fútbol o el baile son actividades que pueden causar espolones óseos, pero a menudo se desconoce el origen de los mismos. Los esguinces de tobillo frecuentes pueden causar espolones óseos o pueden ser el resultado de una artritis temprana. Ponerse en cuclillas, agacharse y subir escaleras o pendientes puede hacer que los espolones óseos se pellizquen entre sí, causando dolor. Los espolones óseos suelen aparecer como un «pico» o «toldo» que se extiende desde la parte delantera de la articulación del tobillo. Estos espolones se ven en las radiografías laterales del tobillo y sirven para bloquear físicamente el movimiento del tobillo hacia arriba (Figura 2). A veces, el tejido blando inflamado, a diferencia de los espolones óseos, puede causar un pinzamiento anterior del tobillo. Como el tejido blando inflamado y agrandado entra en contacto con la dorsiflexión, puede causar dolor.

Figura 1: Localización del dolor en el pinzamiento anterior del tobillo

Localización del dolor en el pinzamiento anterior del tobillo

Figura 2: Atasco» del pinzamiento en la parte delantera (anterior) del tobillo

Atasco del pinzamiento en la parte delantera del tobillo

Estudios de imagen

En el pinzamiento anterior del tobillo en una fase temprana, la resonancia magnética puede demostrar inflamación o acumulación de líquido en la parte delantera de la articulación del tobillo. Más adelante, los espolones óseos en la parte delantera del tobillo pueden verse en una radiografía de tobillo tomada desde el lado (vista lateral). El tamaño del espolón óseo puede variar de muy pequeño a bastante grande (Figura 3). Las radiografías también pueden demostrar una artritis de tobillo leve, moderada o incluso grave.

Figura 3: Espolones óseos anteriores del tobillo

Espolones óseos anteriores del tobillo

Tratamiento no quirúrgico

Al principio, el tratamiento puede centrarse en estiramientos, fisioterapia, medicamentos de venta libre, plantillas para el calzado e inyecciones. Algunos tratamientos no quirúrgicos potencialmente eficaces son:

  • Uso de un tacón ligeramente elevado: El uso de un zapato con un tacón de 1-1,5″ (o la adición de un elevador de tacón dentro del zapato) significa que el pie no necesita levantarse tanto en el curso de la marcha normal. Por lo tanto, se produce menos pinzamiento y los pacientes tenderán a ser menos sintomáticos.
  • Modificación de la actividad: Si procede, evitar o limitar las actividades (es decir, ciertas actividades deportivas o caminar cuesta arriba) que provocan el pinzamiento del tobillo tenderá a hacer que los síntomas mejoren.
  • Medicación antiinflamatoria (AINE): El uso de medicación antiinflamatoria (suponiendo que no haya contraindicaciones) puede ser útil si se presentan síntomas persistentes.
  • Una inyección ocasional de corticoesteroides en la articulación del tobillo puede ser útil, especialmente si hay alguna artritis subyacente en el tobillo.
  • Si los esguinces frecuentes son una fuente de formación de espolones óseos, los ejercicios para estabilizar el tobillo y evitar los esguinces pueden ser útiles.

Tratamiento quirúrgico

El objetivo del tratamiento quirúrgico es eliminar los espolones óseos punzantes o el tejido blando inflamado en la parte delantera del tobillo y aumentar el movimiento del tobillo, disminuyendo así la presión creada en la parte delantera de la articulación durante la marcha u otras actividades. Esto se puede hacer por artroscopia, a través de una cámara con pequeños instrumentos introducidos en la articulación, o con una incisión y extracción abierta de los espolones óseos. La extirpación de los espolones óseos se combina a veces con procedimientos para estabilizar los ligamentos laterales del tobillo estirados o alargar los tendones tensos de la parte posterior del tobillo o de la pantorrilla.

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