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¿Qué causa las amígdalas inflamadas?

Algunas infecciones virales y bacterianas pueden causar amígdalas inflamadas. Incluyen:

Agonilitis aguda

Los virus y las bacterias pueden infectar las amígdalas, lo que puede causar hinchazón y exudado – una capa gris que cubre las amígdalas. Otros síntomas pueden ser dolores de cabeza, fiebre, fatiga, mal aliento y pérdida de apetito. Una persona puede experimentar hinchazón en un solo lado de la garganta si sólo una amígdala está infectada.

Las personas pueden tomar antibióticos para tratar las infecciones graves de amigdalitis bacteriana. Sin embargo, si experimentan amigdalitis más de cinco veces en un año, un médico puede recomendar la cirugía para extirpar las amígdalas.

Los medicamentos de venta libre (OTC), como el paracetamol o el ibuprofeno, pueden ayudar a aliviar los síntomas, incluyendo el dolor de cabeza, el dolor de garganta y la fiebre, hasta que la infección desaparezca.

Garganta de estreptococo

El estreptococo pyogenes puede infectar la garganta y hacer que las amígdalas se hinchen e inflamen. Algunas personas también pueden experimentar otros síntomas, como dolores de cabeza y de estómago.

Los médicos tratan los casos graves de faringitis estreptocócica con antibióticos -generalmente penicilina o amoxicilina-, pero existen tratamientos alternativos para las personas que son alérgicas a estos antibióticos.

Los virus también pueden causar faringitis estreptocócica con síntomas ligeramente diferentes, como tos, secreción nasal y úlceras en la boca.

Adenovirus

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que varios tipos de adenovirus causan infecciones respiratorias, como resfriados, neumonía y bronquitis.

Los adenovirus también pueden causar infecciones recurrentes de amígdalas en personas con un sistema inmunitario debilitado, aunque estas infecciones no siempre presentan síntomas. Como la mayoría de los adenovirus son leves, las personas no suelen necesitar tratamiento y el virus puede desaparecer por sí solo.

Virus de Epstein-Barr

Los síntomas de una infección por el virus de Epstein-Barr, como la mononucleosis, incluyen amígdalas inflamadas, fiebre, fatiga y erupciones cutáneas. Los adultos y los adolescentes suelen recuperarse en 2-4 semanas, pero, en algunos casos, síntomas como la fatiga pueden persistir durante varias semanas o meses.

No existe una vacuna contra el virus de Epstein-Barr. Sin embargo, como el virus puede propagarse a través del intercambio de fluidos corporales, especialmente de la saliva, la gente suele poder evitarlo manteniendo la distancia con las personas que tienen el virus y no compartiendo cepillos de dientes y bebidas con ellas.

Una vez que una persona tiene el virus, éste permanecerá en el cuerpo en un estado inactivo, pero puede reactivarse en determinados momentos de su vida.

Gripe

La gripe puede causar amígdalas inflamadas y otros síntomas, como tos, dolor de garganta, dolores corporales y, en algunos casos, fiebre. Los síntomas pueden aparecer de forma repentina. Las complicaciones de la gripe pueden incluir la neumonía, por lo que es importante que las personas se pongan en contacto con su médico si sus síntomas no mejoran después de una semana.

Sarampión

El virus del sarampión puede causar amígdalas hinchadas, fiebre alta, tos y pequeñas manchas blancas en el interior de la boca, que suelen aparecer 2 o 3 días después del inicio de los síntomas.

Otros síntomas incluyen una erupción en la cara y la parte superior del cuello. Los niños que no se han vacunado contra el sarampión son los que más riesgo tienen de contraerlo y desarrollar complicaciones. Si un padre o cuidador cree que su hijo tiene sarampión, debe hablar con un médico lo antes posible.

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