5 formas de prevenir los ataques de pánico en los adolescentes
Examina tus pensamientos
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es especialmente eficaz para la ansiedad y los ataques de pánico. Según la Asociación Americana de Psicología, la TCC funciona ayudando a los adolescentes a identificar los posibles desencadenantes de los ataques. El desencadenante puede ser un pensamiento específico, una situación o incluso un síntoma físico. Una vez que la persona es capaz de separar el desencadenante del ataque en sí, el desencadenante empieza a perder parte de su poder para provocar un ataque. Esta terapia individual es una poderosa intervención.
Haz el bien a los demás
Las investigaciones demuestran que ayudar a los demás tiene un poderoso impacto positivo sobre el bienestar y los niveles de ansiedad.
Según un reciente artículo del New York Times escrito por el Dalai Lama, «los estadounidenses que priorizan hacer el bien a los demás tienen casi el doble de probabilidades de decir que son muy felices con sus vidas. En Alemania, las personas que tratan de servir a la sociedad tienen cinco veces más probabilidades de decir que son muy felices que las que no ven el servicio como algo importante. La abnegación y la alegría están entrelazadas»
Para los adolescentes, ayudar a los demás podría ser:
- Voluntario en una organización local
- Ayudar en un refugio de animales
- Servir comidas a los sin techo
- Tutorizar a un estudiante más joven
- Ir a una manifestación por una causa en la que creen.
Ser creativo
«A menudo, los adolescentes descubren que hacer actividades creativas les despeja la mente, les aleja de sus pensamientos y les calma», dice Monroe. Eso puede ser escuchar música, tocar la guitarra, pintar u otra forma de hacer arte.
Las actividades creativas inducen un estado de flujo, un término acuñado por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi para describir la experiencia de estar completamente absorbido por una actividad.
Cree que la creatividad produce flujo, y que las experiencias regulares de flujo se suman a la felicidad sostenible. Los adolescentes necesitan encontrar formas agradables y saludables de experimentar el flujo.
Haz ejercicio
Se ha demostrado que el ejercicio regular disminuye los síntomas de ansiedad y depresión. En un estudio de estudiantes universitarios, los estudiantes que eran físicamente activos reportaron mayores niveles de emoción y entusiasmo en comparación con los que eran menos activos.
Los científicos afirman que las endorfinas liberadas por el ejercicio tienen una amplia gama de efectos beneficiosos sobre la salud psicológica, entre los que se incluyen:
- Elevar el estado de ánimo
- Aumentar la confianza en uno mismo
- Mejorar el estado de alerta y la concentración
- Disminuir los niveles generales de tensión
- Ayudar al cerebro a afrontar mejor el estrés.
Practica yoga y quédate toda la clase
El yoga aumenta la resiliencia al estrés: la capacidad de afrontar situaciones estresantes y recuperarse rápidamente.
Los investigadores teorizan que este efecto se debe a la estimulación del nervio vago producida por el movimiento y la respiración conscientes que se practican en el yoga.
¿Por qué es importante quedarse toda la clase? Porque las clases de yoga terminan con una relajación profunda, que se ha demostrado que reduce la ansiedad al estimular la respuesta de relajación natural del cuerpo. La respuesta de relajación se caracteriza por una respiración más lenta, una presión arterial más baja y una sensación de mayor bienestar. Las técnicas de relajación progresiva, las imágenes guiadas y los ejercicios de respiración profunda también catalizan la respuesta de relajación.
Métodos de relajación como estos pueden ayudar a los adolescentes a evitar un ataque de pánico o a calmarse cuando se sienten estresados. La clave para lidiar con la ansiedad es tener una caja de herramientas a la que recurrir que pueda ayudar a sentirse mejor de inmediato y a largo plazo.